Lugar: Museo del Prado, Madrid
Fechas: del 8 de noviembre de 2011 al 25 de marzo de 2012
Hasta el 16 de enero
Lunes de 10 a 20h (último acceso a las 19h), de martes a domingo de 9 a 20h (último acceso a las 19h).
A partir del 16 de enero y hasta la fecha de clausura
Lunes a sábado de 10 a 20h (último acceso a las 19h), domingos y festivos de 10 a 19h (último acceso a las 18h)
Para visitar esta exposición es imprescindible disponer de pase horario de acceso, que deberá solicitarse al adquirir la entrada, por lo que el Museo recomienda la compra anticipada de la entrada para poder elegir pase horario conforme a la conveniencia de cada visitante.
Grandiosa, espectacular, única … Sus organizadores no escatiman elogios para definir a la que ya denominan como la gran exposición con mayúsculas de los últimos tiemposEn total, casi 180 obras maestras que han salido por primera vez de San Petersburgo y podrán contemplarse de forma excepcional todos los días de la semana, en la pinacoteca madrileña. Un volumen que ocupa por entero su edificio de ampliación.
El gigante ruso responde con gratitud. A principios de año, una partida de obras del Museo del Prado se expuso en el Hermitage con motivo del año dual España Rusia. Con más de 600.000 visitantes, batió todos los récords, y su catálogo tuvo que ser reeditado. La sintonía entre ambas instituciones es total y en Rusia ya se plantean proseguir con los intercambios en el año 2014, cuando su buque insignia sume 250 años de historia.
“La generosidad rusa ha sido desbordante”, explica Miguel Zugaza, director del Museo del Prado y aclara que la organización “no ha sido nada fácil”, aunque la exposición supone “un verdadero travelling por la historia del arte”.
El Hermitage, impulsado por el coleccionismo del zar Pedro I y de la zarina Catalina la Grande, es uno de los museos más grandes- y espectaculares- del mundo. Situado en San Petersburgo en un conjunto palaciego frente al río Neva y al lado del mítico Palacio de Invierno, antigua residencia de los zares.
Sus colecciones abarcan piezas arqueológicas de Egipto, un viaje por las culturas siberianas, escultura neoclásica, hasta obras maestras post-impresionistas de Matisse o Picasso. Según aclaran desde el Museo del Prado, “es una de las pocas instituciones mundiales que puede ofrecer un contenido verdaderamente enciclopédico”.
“Siempre se dijo que el Hermitage era inabarcable pero lo que ha llegado a España es una especie de museo en pequeño”, detalla Charo Otegui, presidenta de Acción Cultural Española, una de las entidades organizadoras. Otegui augura que la exposición española “romperá cifras”.
El oro de los escitas
“Este pequeño Hermitage” muestra una de sus caras más desconocidas y fascinantes. Se trata de la colección de orfebrería griega, dónde destacan las piezas del “oro de los escitas”, pueblos nómadas que viajaban a través de la estepa siberiana.
Una de las joyas más significativas es el maravilloso Peine con escena de batalla, que data del siglo IV a.C y fue encontrado en excavaciones arqueológicas realizadas en túmulos funerarios. Otra de las piezas singulares es el Vaso de flores en cristal de roca, oro y diamantes del joyero de la familia real, Carl Fabergé (1846-1920).
Los tesoros también abarcan un importante número de obras maestras de la pintura, la escultura y el dibujo. Como el San Sebastián de Tiziano, el Tañedor de laúd de Caravaggio- que es la única pintura del artista milanés que atesora el museo ruso- el Almuerzo de Velazquez, o dos pinturas de la colección de Rembrandt de la numerosa tanda que expone el Hermitage. Entre las esculturas destaca la creación de Antonio Canova, la Magdalena penitente.
Impresionismo y post-impresionismo
La muestra no deja de lado las obras de genios del impresionismo y el post-impresionismo, como Monet, Cezanne, Renoir, Gauguin o Matisse, este último con dos pinturas, Juego de bolas y la célebre Conversación.
De Picasso se muestran tres cuadros, entre ellos Mujer sentada y Bebedora de absenta. Completan la espléndida selección, dos iconos de la vanguardia abstracta rusa: la Composición VI de Kandindky y el misterioso Cuadrado negro de Malevich.
Las palabras de Mikhail Piotrovsky, director del Museo Hermitage, quizás sean las que mejor resuman el espíritu de la grandiosa exposición, que hermana ya para siempre a ambos países:
“Hemos intentado contar la historia de nuestro museo y sus colecciones, la historia de los zares y los coleccionistas (…) para presentaros Rusia, tal como la imaginamos, amamos y apreciamos a través del Museo Hermitage. Espero que al público español le guste”.
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Más información en la web del Museo del Prado:
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