Lugar: National Gallery, Londres.
Fechas: del 9-11-2011 al 5-02-2012
Como "la exhibición más completa celebrada nunca" de las obras de Leonardo da Vinci anuncia la National Gallery de Londres la muestra que del renacentista italiano se podrá ver entre el 9 de noviembre de 2011 y el 5 de febrero de 2012, según ha anunciado el museo en la presentación de su programa de la próxima temporada, en el que también destaca la dedicada al flamenco Jan Gossaert.
Se titulará "Leonardo da Vinci: Pintor en la Corte de Milán" tiene el carácter magno del encuentro con nada menos que sesenta lienzos y medio centenar de dibujos de uno de los artistas más importantes de todos los tiempos, quizá el padre de la pintura moderna y el ideal del sabio renacentista y, entre las obras que viajarán a la capital británica, figuran algunas tan famosas como La Belle Ferronière, del parisino Museo del Louvre, la Madonna Litta, del Hermitage, en San Petersburgo (Rusia), o el San Jerómino, de la Pinacoteca Vaticana. La dama de Armiño pintado entre 1488 y 490, considerado el primer retrato moderno, y medio centenar de esplendorosos dibujos.
Aun cuando numerosas exposiciones han tratado de distintas facetas del genio renacentista como las de inventor, científico o dibujante, la muestra de la National Gallery de Londres será la primera que se centrará en sus técnicas y sus objetivos como pintor.
Inspirada en la recientemente restaurada Virgen de las Rocas, de la pinacoteca londinense, la exposición prestará especial atención a las obras que creó en su época de pintor de la corte milanesa del duque Lodovico Sforza el Moro. Asalariado por este mecenas, el artista residió en Milán casi 20 años a partir de algún momento posterior a 1480. a finales de los años ochenta y noventa del siglo XV. Fue en la ciudad donde el artista, que ya había entrado en la treintena (nació en 1452), fue consciente de sus limitaciones como pintor, entró en contacto con las élites ilustradas del poderoso ducado, se dedicó a formarse y sedimentó su estilo, produciendo algunas de las obras más importantes de su carrera.
Aprovechando su posición, que le proporcionaba un buen salario, Leonardo gozó entonces de libertad para explorar formas de captar y registrar las proporciones, las expresiones y la anatomía humana así como miríadas de formas de plantas y animales, destaca la National Gallery.
Las investigaciones acometidas por el artista renacentista se tradujeron en pinturas extraordinarias, en maravillosas combinaciones de lo real y lo ideal, de lo natural y lo divino. La exposición londinense examinará, según el museo, su búsqueda constante de la perfección en la representación de la figura humana.
La muestra, que ha tardado cinco años en organizarse, traza un recorrido por la trayectoria pictórica del polifacético artista del Renacimiento italiano y ha conseguido reunir obras hasta ahora nunca expuestas juntas como sus dos versiones de su Virgen de las rocas.
En su parte final, la exposición presentará una copia a escala natural y casi contemporánea de Leonardo de su cuadro La Última Cena, que se conserva en la Royal Academy of Art londinense y que se presentará junto a los dibujos preparatorios del propio Leonardo.
Los críticos y expertos no recuerdan una exposición en un museo británico que haya generado tanta expectación, aunque todos parecen estar de acuerdo en que está justificada.
Leonardo da Vinci pintó solo veinte cuadros a lo largo de su carrera, de los que se conservan solo quince, y esta exposición ha conseguido reunir nueve, además de 90 obras que incluyen 50 dibujos y bocetos relacionados con las pinturas de Leonardo, y trabajos de algunos de sus discípulos. Treinta y tres pertenecen a la colección real inglesa y estuvieron perdidos durante siglos hasta que, en 1778, fueron descubiertos por casualidad.
"Se trata de una experiencia irrepetible. Nunca antes se ha habían visto juntas tantas pinturas de Leonardo. Además hay que tener en cuenta que todas ellas pertenecen a un mismo periodo, lo que incrementa su valor", ha explicado uno de los comisarios de la muestra, Arturo Galansino.
La mayoría de los cuadros no están avaluados oficialmente, pues sus propietarios, museos principalmente, no contemplan la posibilidad de ponerlos en el mercado. Aun así, los cálculos dicen que cada uno podría costar entre 125 y 250 millones de libras. El único que podría estar en la mira de los compradores es el Salvatore Mundi, propiedad de un enigmático consorcio norteamericano y cuyo precio no bajaría de los 200 millones de dólares.
Y así no estén avaluados, sí fue necesario asegurar todos los cuadros por una cifra nada despreciable: 1.500 millones de libras esterlinas. Y entre todos estos tesoros, un ausente por el que todos preguntan: La Mona Lisa. Aquí los curadores prefirieron conservar el rigor, pues Leonardo terminó este cuadro cuando ya vivía en París. Una ausencia que no le resta importancia a una exposición que tardará varias décadas en repetirse. Si es que lo hace.
La importancia del evento y el despliegue que ha recibido han hecho que los organizadores esperen una cifra récord de visitantes y que hayan previsto el acceso solo de 180 personas cada media hora.
La exposición tiene varios ganchos. Por primera vez los visitantes podrán comparar las dos versiones del retablo La virgen de las rocas, gracias a que el Louvre accedió a prestar la suya. La otra, que estrena restauración, es la única obra propiedad de la National Gallery. Las ocho restantes fueron prestadas por museos y galerías poco acostumbrados a ceder sus tesoros. Cinco años tomaron las gestiones con entidades como el Louvre, la Galería de los Ufizzi, en Florencia, e incluso el Vaticano. También fue necesario contactar a la familia real británica, que facilitó por primera vez parte de su colección de dibujos. En algunos casos, las negociaciones se convirtieron en tema de Estado, como ocurrió con La dama del armiño, cuyo préstamo fue acordado entre los ministros de Cultura de Polonia y el Reino Unido
Primera exposición de Gossaert en 40 años
La otra gran exposición anunciada hoy por la pinacoteca de la plaza de Trafalgar es la que dedicará a Jan Gossaert, la primera en más de 40 años dedicada a ese pintor flamenco que falleció en 1532.
Gossaert fue el primer artista del norte de Europa que dibujó directamente de la antigüedad clásica durante su estancia en Roma, entre 1508 y 1509, pero es también un destacado exponente de las propiedades ilusionistas de la pintura al óleo tal y como la practicaron sus compatriotas a partir de Jan van Eyck.
La exposición, que se titulará "El Renacimiento de Jan Gossaert", reunirá más de 50 obras, entre ellas algunas de las más importantes del artista como La Virgen y el Niño (1527), del madrileño museo del Prado, Hércules y Deianeira (1517), del Barber Institute of Fine Artes, de Birmingham (Reino Unido), o el Retrato de Comerciante (1530), de la National Gallery de Washington.
En la próxima temporada del museo londinense también se podrá ver una exposición dedicada a la pintora inglesa exponente del Op Art Bridget Riley, del 24 de noviembre de 2010 al 22 de mayo de 2011; otra de paisajes noruegos y suizos, del coleccionista Lunde, del 22 de junio al 18 de septiembre de 2011; y una retrospectiva de la obra del primer director de la National Gallery, Sir Charles Lock Eastlake, del 27 de julio al 30 de octubre de 2011.