domingo, 4 de diciembre de 2011

Gonzalo Bilbao, fondos del Museo de Bellas Artes de Sevilla

Exposición:

Gonzalo Bilbao, Fondos del Museo de Bellas Artes de Sevilla

Fechas: del 24/11/2011 al 4/03/2012

Lugar: Museo de Bellas Artes de Sevilla

La exposición Gonzalo Bilbao. Fondos del Museo de Bellas Artes de Sevilla permite mostrar, por primera vez, el conjunto de toda la obra del pintor perteneciente al Museo. La amplia obra del artista conservada en el Museo de Bellas Artes de Sevilla presenta una visión muy completa de su trayectoria vital y artística. Se trata de uno de los creadores fundamentales en el tránsito entre los siglos XIX y XX, que contribuyó sin duda a la modernización de la pintura sevillana. Para explicar la vinculación con su medio artístico se ha contextualizado su obra poniéndola en relación con la de otros artistas que le precedieron o contemporáneos en los que ejerció o de los que recibió influencias.

La exposición, compuesta por 41 piezas (22 obras del pintor hispalense Gonzalo de Bilbao que hasta la fecha no se habían mostrado públicamente y permanecían en los fondos de la pinacoteca; estos 22 lienzos se suman a los ocho que ya se exhibían en la colección permanente del museo y que ahora, junto a otras once obras -artistas que influyeron en su carrera, como Joaquín Sorolla, José Villegas, José Jiménez Aranda o Cecilio Plá.y se completa con dos esculturas de Joaquín Bilbao, hermano de este pintor, figura señera en la cultura sevillana de entre siglos y uno de los protectores del Museo de Bellas Artes hispalens- conforman la exposición temporal 'Gonzalo de Bilbao. Fondos del Museo de Bellas Artes de Sevilla'), se divide en tres ámbitos diferentes; influencias, costumbrista y paisajes y un tercero dedicado a su obra cumbre Las Cigarreras. Un completo itinerario que exhibe desde obras tempranas hasta otras realizadas poco antes de su muerte. Asimismo, tienen cabida todos los géneros artísticos tratados por el artista a lo largo de su carrera, ya sean retratos, paisajes, escenas costumbristas o tipos humanos.

En la exposición se pueden contemplar lienzos como el de Las Cigarreras, un óleo de gran formato realizado por Bilbao en su etapa de madurez artística y ambientado en la antigua Fábrica de Tabacos de Sevilla. Se trata de una de las obras cumbre del pintor, en la que se exalta la sencillez y el esfuerzo de estas populares obreras. Además, hay retratos como el del rey Alfonso XIII o de su hermana Ana Bilbao, paisajes, escenas costumbristas o desnudos.

Con esta fórmula de "producción propia", sin patrocinadores y "contenida en presupuesto pero ambiciosa en objetivos", la Consejería de Cultura pretende, por un lado, reivindicar la importancia de los pintores sevillanos en la pintura moderna española y dar a conocer al gran público la producción de aquellos artistas, y por otro, mostrar sus fondos propios organizando muestras temporales que ubiquen al artista en su contexto social e histórico y su relación con los pintores coetáneos.

Para el consejero de Cultura, Paulino Plata, esta "ambiciosa" exposición es un fiel ejemplo de lo que debe ser un museo: "una institución muy viva sonde no solo hay obras de artistas sino donde también se investiga y se restaura". De hecho, la preparación de esta muestra ha permitido al equipo de trabajadores del Bellas Artes hacer una revisión a fondo de su obra, tanto a nivel de conservación preventiva y restauración, como de documentación, estudio e investigación, contribuyendo al mismo tiempo a ampliar la biografía sobre el artista sevillano, "escasa para la importancia que reviste su obra".

Así, en colaboración con expertos del Centro Nacional de Aceleradores (CNA) ubicado en Sevilla, los Departamentos de Difusión, Conservación e Investigación del Museo han aplicado técnicas de investigación no invasivas a los lienzos para estudiar tanto los materiales como los pigmentos utilizados por el pintor y analizar su trayectoria y evolución pictórica.

La metodología que se ha llevado a cabo ha consistido, entre otras técnicas, en la fotomicrografía de los tipos de tejidos, el análisis de las fibras de aquellas más representativas para determinar su naturaleza y la técnica no destructiva de fluorescencia de rayos X (XRF) para los pigmentos, cargas y preparaciones en 14 de las obras. Además, se han realizado fotomacrografías, resaltando aspectos característicos y técnicos, pinceladas, empastes y "gestos" del pintor en la ejecución de las mismas. y en su caso, restaurada. Y algunos de sus cuadros se han estudiado con técnicas de resonancia magnética y de rayos X, lo que ha permitido descubrir las técnicas de este pintor y cómo comenzó a usar las nuevas pinturas industriales de comienzos del siglo XX. Por último, se han observado y descrito los bastidores, tipos y particularidades de los mismos, documentándose y conservando cuantas etiquetas, sellos y marcas se han encontrado.

De este modo, se ha conseguido montar una "magnífica colección de cuadros" a la que, en opinión del consejero, "no le quita ningún valor el hecho de que sean fondos del propio museo". No en vano, en la exposición se pueden contemplar lienzos tan "impresionantes" como el de 'Las Cigarreras', un óleo de gran formato realizado por Bilbao en su etapa de madurez artística y ambientado en la antigua fábrica de tabacos de Sevilla. Se trata de una de las obras cumbre del pintor, en la que se exalta la sencillez y el esfuerzo de estas populares obreras.

Según Plata, gracias al atractivo de obras como esta y la variada temática de la muestra (se pueden ver retratos como el del rey Alfonso XIII o de su hermana Ana Bilbao, paisajes, escenas costumbristas o desnudos), el público tendrá la oportunidad de "conocer mejor" a este artista, uno de los más destacados de la pintura española de su tiempo y que estuvo muy vinculado a las principales instituciones culturales de Sevilla desde el regreso a su ciudad natal (tras viajar por París o Marruecos entre otras ciudades) a finales del siglo XXI.

Permite contemplar la producción de Bilbao -quien tuvo un gran éxito en su época, especialmente con sus retratos- con una nueva mirada en la que se percibe la influencia del impresionismo tras sus viajes por Francia, Italia y Marruecos. "En un momento de su carrera se detuvo más en la figura humana. Una especie de costumbrismo social muy particular porque él rompe con la tendencia del costumbrismo romántico", explica Muñoz, quien ha aprovechado la exposición para hacer una revisión a fondo de la biografía de Gonzalo Bilbao, muy unida a la historia del museo.

Bilbao huye de la imagen tópica que limita a la mujer a escenas folclóricas y las presenta como trabajadoras. El gran ejemplo de esta apuesta es, sin duda, su obra maestra: Las cigarreras, un enorme lienzo de 305 x 402 centímetros fechado en 1915 y en el que el pintor trabajó durante cinco años. Junto al conocido lienzo, en el que la arquitectura de la Fábrica de Tabacos y las cigarreras se convierten en un todo gracias a la luz, se cuelgan piezas protagonizadas por otras mujeres trabajadoras como Taller de bordadoras.

"La exposición pone de manifiesto su estrecha vinculación con el museo. Como académico primero, consiliario después y, finalmente, como presidente de la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, institución a la que se encomienda la custodia del museo, cuyo patronato presidió desde 1925 hasta su muerte, aunque en sus últimos años ya no asistía a las reuniones", aclara la directora de la pinacoteca. Prueba de ello es que casi todas las obras de Bilbao que posee la pinacoteca las donó el propio artista o su familia, especialmente su viuda María Roy, quien protagoniza uno de los más bellos retratos de la muestra, fechado entre 1095 y 1910, y en el que aparece reclinada en un sillón con vestido de fiesta.

Relación de obras expuestas:






Retrato de Maria Roy







La madrecita 1909



















Buenos amigos 1899 Andres ParladeA conde de Aguilar






Claustro mayor de la Merced 1905







Retrato de Ana Bilbao1905

Retrato de Juan Caballos1962

Gonzalo Bilbao, Jose Gamelo y Alda 1933

Autoretrato 1855 Jose Villegas

Autoretrato Jose Jimenez Aranda 1868

Retrato de Luisa Ramos 1910

Retrato de Elena Sanchez Pineda 1890

Alegoria de Sevilla

Molino de alcala

Soldado adormilado

Gitana sentada

Cantaor mendigo

El beso materno, escayola patinada, 1904, Joaquin Bilbao

Retrato de Maria Roy, Cecilio Pla, 1891







Retrato de Flora Bilbao con mantilla, 1914








Retrato de Flora Bilbao barro 1896 Joaquin Bilbao






Marina costa cantabrica, 1928








Plaza de Zocover, 1910









Una noche de verano en Sevilla, 1905








La Casta Susana, hacia 1914

Estudio para el contraste de la vida, 1885 Jose Villegas

Señora con vestido blanco, 1900 , Jose Garcia y Ramos







La toilette, 1910







Las cigarreras, 1915







Interior de la fabrica de tabacos, estudio para las cigarreras 1911

Taller de bordadoras,






Retrato de Alfonso XIII, 1929






Retrato de Francisco Rodriguez Marin, 1934,

Retrato de Pedro Ruiz Prieto1924

Retrato de Fermin Alarcon de la Lastra, 1923

Retrato de Fray Diego de Valencina, 1915

Retrato de Jose Gestoso,1914

Retrato de Teresa Igual 1918





Desnudo femenino, marmol, 1904_1910, Joaquin Bilbao



Boceto de gitana con niño, 1900

Tipo de Avila, 1914, Joaquin Sorolla

Biografía:

Hijo de un pudiente propietario sevillano y hermano del escultor Joaquín Bilbao, se inicia desde niño en el dibujo alentado por José Jiménez Aranda. Por exigencia de su padre, emprende los estudios de Derecho, que alterna con los de pintura así como con los de música (llegando a ser organista).

En 1880 termina los estudios de leyes, carrera que nunca llegó a ejercer, dedicándose desde entonces con exclusividad a la pintura. Su padre, en premio a sus excelentes resultados, le costea un viaje a Italia y a Francia junto al pintor José Jiménez Aranda. Durante su estancia en París, visitaron numerosos museos, galerías particulares y estudios de algunos artistas franceses y españoles que se hallaban pensionados en la capital francesa.

En Italia permaneció por espacio de tres años, estableciéndose en Roma, donde estuvo trabajando en compañía del pintor José Villegas Cordero y viajó por las diferentes capitales italianas (como Nápoles y Venecia), donde pintaba vistas urbanas y rurales.

En 1884 vuelve a España. Es entonces cuando entra en relación con Palmaroli, que le sirve de consejero. Dos años después vuelve a Roma para quedarse allí por espacio de un año.

De vuelta de nuevo a España, su personalidad inquieta le impide acostumbrarse a la vida en Sevilla, de modo que se mueve constantemente por todo el territorio del país en busca de paisajes que pintar. Sus preferidos se encuentran en Toledo y Segovia.

No tarda en planear nuevos viajes, y emprende uno con Andrés Parladé para conocer Marruecos. De allí parte para París, donde quiere conocer las últimas tendencias artísticas y aprovecha para vender los cuadros que produjo en su estancia en Marruecos (también hizo venta de los mismos en Múnich).

A su regreso a España, continúa su actitud viajera, visitando Fuenterrabía, Toledo, Jerez de la Frontera (Cádiz) y Sevilla entre otras ciudades.

Ejerció también de profesor de pintura, primero de modo particular y a partir de 1903 como sucesor de José Jiménez Aranda en la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría en Sevilla, siendo discípulos suyos, entre otros, Vázquez Díaz y Eugenio Hermoso. En 1904 contrae matrimonio con María Roy Lhardy, hija de un banquero francés y madre suiza afincado con residencia en Madrid.

También fue aprendiz de los copistas del Museo del Prado, reproduciendo obras de Velázquez, Francisco de Goya.

A su muerte, su viuda donó al Museo de Bellas Artes de Sevilla una importante colección de sus obras, consagrándole de esta forma una sala permanente en el mismo. Le sucedió en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid el pintor extremeño Eugenio Hermoso que había sido discípulo suyo en Sevilla.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Leonardo da Vinci: Pintor en la Corte de Milán

Exposición: Leonardo da Vinci: Pintor en la Corte de Milán

Lugar: National Gallery, Londres.

Fechas: del 9-11-2011 al 5-02-2012

Como "la exhibición más completa celebrada nunca" de las obras de Leonardo da Vinci anuncia la National Gallery de Londres la muestra que del renacentista italiano se podrá ver entre el 9 de noviembre de 2011 y el 5 de febrero de 2012, según ha anunciado el museo en la presentación de su programa de la próxima temporada, en el que también destaca la dedicada al flamenco Jan Gossaert.

Se titulará "Leonardo da Vinci: Pintor en la Corte de Milán" tiene el carácter magno del encuentro con nada menos que sesenta lienzos y medio centenar de dibujos de uno de los artistas más importantes de todos los tiempos, quizá el padre de la pintura moderna y el ideal del sabio renacentista y, entre las obras que viajarán a la capital británica, figuran algunas tan famosas como La Belle Ferronière, del parisino Museo del Louvre, la Madonna Litta, del Hermitage, en San Petersburgo (Rusia), o el San Jerómino, de la Pinacoteca Vaticana. La dama de Armiño pintado entre 1488 y 490, considerado el primer retrato moderno, y medio centenar de esplendorosos dibujos.

Aun cuando numerosas exposiciones han tratado de distintas facetas del genio renacentista como las de inventor, científico o dibujante, la muestra de la National Gallery de Londres será la primera que se centrará en sus técnicas y sus objetivos como pintor.

Inspirada en la recientemente restaurada Virgen de las Rocas, de la pinacoteca londinense, la exposición prestará especial atención a las obras que creó en su época de pintor de la corte milanesa del duque Lodovico Sforza el Moro. Asalariado por este mecenas, el artista residió en Milán casi 20 años a partir de algún momento posterior a 1480. a finales de los años ochenta y noventa del siglo XV. Fue en la ciudad donde el artista, que ya había entrado en la treintena (nació en 1452), fue consciente de sus limitaciones como pintor, entró en contacto con las élites ilustradas del poderoso ducado, se dedicó a formarse y sedimentó su estilo, produciendo algunas de las obras más importantes de su carrera.

Aprovechando su posición, que le proporcionaba un buen salario, Leonardo gozó entonces de libertad para explorar formas de captar y registrar las proporciones, las expresiones y la anatomía humana así como miríadas de formas de plantas y animales, destaca la National Gallery.

Las investigaciones acometidas por el artista renacentista se tradujeron en pinturas extraordinarias, en maravillosas combinaciones de lo real y lo ideal, de lo natural y lo divino. La exposición londinense examinará, según el museo, su búsqueda constante de la perfección en la representación de la figura humana.

La muestra, que ha tardado cinco años en organizarse, traza un recorrido por la trayectoria pictórica del polifacético artista del Renacimiento italiano y ha conseguido reunir obras hasta ahora nunca expuestas juntas como sus dos versiones de su Virgen de las rocas.

En su parte final, la exposición presentará una copia a escala natural y casi contemporánea de Leonardo de su cuadro La Última Cena, que se conserva en la Royal Academy of Art londinense y que se presentará junto a los dibujos preparatorios del propio Leonardo.

Los críticos y expertos no recuerdan una exposición en un museo británico que haya generado tanta expectación, aunque todos parecen estar de acuerdo en que está justificada.

Leonardo da Vinci pintó solo veinte cuadros a lo largo de su carrera, de los que se conservan solo quince, y esta exposición ha conseguido reunir nueve, además de 90 obras que incluyen 50 dibujos y bocetos relacionados con las pinturas de Leonardo, y trabajos de algunos de sus discípulos. Treinta y tres pertenecen a la colección real inglesa y estuvieron perdidos durante siglos hasta que, en 1778, fueron descubiertos por casualidad.

"Se trata de una experiencia irrepetible. Nunca antes se ha habían visto juntas tantas pinturas de Leonardo. Además hay que tener en cuenta que todas ellas pertenecen a un mismo periodo, lo que incrementa su valor", ha explicado uno de los comisarios de la muestra, Arturo Galansino.


La mayoría de los cuadros no están avaluados oficialmente, pues sus propietarios, museos principalmente, no contemplan la posibilidad de ponerlos en el mercado. Aun así, los cálculos dicen que cada uno podría costar entre 125 y 250 millones de libras. El único que podría estar en la mira de los compradores es el Salvatore Mundi, propiedad de un enigmático consorcio norteamericano y cuyo precio no bajaría de los 200 millones de dólares.

Y así no estén avaluados, sí fue necesario asegurar todos los cuadros por una cifra
nada despreciable: 1.500 millones de libras esterlinas. Y entre todos estos tesoros, un ausente por el que todos preguntan: La Mona Lisa. Aquí los curadores prefirieron conservar el rigor, pues Leonardo terminó este cuadro cuando ya vivía en París. Una ausencia que no le resta importancia a una exposición que tardará varias décadas en repetirse. Si es que lo hace.

La importancia del evento y el despliegue que ha recibido han hecho que los organizadores esperen una cifra récord de visitantes y que hayan previsto el acceso solo de 180 personas cada media hora.

La exposición tiene varios ganchos. Por primera vez los visitantes podrán comparar las dos versiones del retablo La virgen de las rocas, gracias a que el Louvre accedió a prestar la suya. La otra, que estrena restauración,
es la única obra propiedad de la National Gallery. Las ocho restantes fueron prestadas por museos y galerías poco acostumbrados a ceder sus tesoros. Cinco años tomaron las gestiones con entidades como el Louvre, la Galería de los Ufizzi, en Florencia, e incluso el Vaticano. También fue necesario contactar a la familia real británica, que facilitó por primera vez parte de su colección de dibujos. En algunos casos, las negociaciones se convirtieron en tema de Estado, como ocurrió con La dama del armiño, cuyo préstamo fue acordado entre los ministros de Cultura de Polonia y el Reino Unido


































Primera exposición de Gossaert en 40 años

La otra gran exposición anunciada hoy por la pinacoteca de la plaza de Trafalgar es la que dedicará a Jan Gossaert, la primera en más de 40 años dedicada a ese pintor flamenco que falleció en 1532.

Gossaert fue el primer artista del norte de Europa que dibujó directamente de la antigüedad clásica durante su estancia en Roma, entre 1508 y 1509, pero es también un destacado exponente de las propiedades ilusionistas de la pintura al óleo tal y como la practicaron sus compatriotas a partir de Jan van Eyck.

La exposición, que se titulará "El Renacimiento de Jan Gossaert", reunirá más de 50 obras, entre ellas algunas de las más importantes del artista como La Virgen y el Niño (1527), del madrileño museo del Prado, Hércules y Deianeira (1517), del Barber Institute of Fine Artes, de Birmingham (Reino Unido), o el Retrato de Comerciante (1530), de la National Gallery de Washington.

En la próxima temporada del museo londinense también se podrá ver una exposición dedicada a la pintora inglesa exponente del Op Art Bridget Riley, del 24 de noviembre de 2010 al 22 de mayo de 2011; otra de paisajes noruegos y suizos, del coleccionista Lunde, del 22 de junio al 18 de septiembre de 2011; y una retrospectiva de la obra del primer director de la National Gallery, Sir Charles Lock Eastlake, del 27 de julio al 30 de octubre de 2011.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Exposición el Hermitage en el Prado

El Hermitage en el Prado

Lugar: Museo del Prado, Madrid

Fechas: del 8 de noviembre de 2011 al 25 de marzo de 2012

Horario

Hasta el 16 de enero

Lunes de 10 a 20h (último acceso a las 19h), de martes a domingo de 9 a 20h (último acceso a las 19h).

A partir del 16 de enero y hasta la fecha de clausura

Lunes a sábado de 10 a 20h (último acceso a las 19h), domingos y festivos de 10 a 19h (último acceso a las 18h)

Para visitar esta exposición es imprescindible disponer de pase horario de acceso, que deberá solicitarse al adquirir la entrada, por lo que el Museo recomienda la compra anticipada de la entrada para poder elegir pase horario conforme a la conveniencia de cada visitante.

Grandiosa, espectacular, única … Sus organizadores no escatiman elogios para definir a la que ya denominan como la gran exposición con mayúsculas de los últimos tiemposEn total, casi 180 obras maestras que han salido por primera vez de San Petersburgo y podrán contemplarse de forma excepcional todos los días de la semana, en la pinacoteca madrileña. Un volumen que ocupa por entero su edificio de ampliación.

El gigante ruso responde con gratitud. A principios de año, una partida de obras del Museo del Prado se expuso en el Hermitage con motivo del año dual España Rusia. Con más de 600.000 visitantes, batió todos los récords, y su catálogo tuvo que ser reeditado. La sintonía entre ambas instituciones es total y en Rusia ya se plantean proseguir con los intercambios en el año 2014, cuando su buque insignia sume 250 años de historia.

Un museo dentro de otro

“La generosidad rusa ha sido desbordante”, explica Miguel Zugaza, director del Museo del Prado y aclara que la organización “no ha sido nada fácil”, aunque la exposición supone “un verdadero travelling por la historia del arte”.

El Hermitage, impulsado por el coleccionismo del zar Pedro I y de la zarina Catalina la Grande, es uno de los museos más grandes- y espectaculares- del mundo. Situado en San Petersburgo en un conjunto palaciego frente al río Neva y al lado del mítico Palacio de Invierno, antigua residencia de los zares.

Sus colecciones abarcan piezas arqueológicas de Egipto, un viaje por las culturas siberianas, escultura neoclásica, hasta obras maestras post-impresionistas de Matisse o Picasso. Según aclaran desde el Museo del Prado, “es una de las pocas instituciones mundiales que puede ofrecer un contenido verdaderamente enciclopédico”.

“Siempre se dijo que el Hermitage era inabarcable pero lo que ha llegado a España es una especie de museo en pequeño”, detalla Charo Otegui, presidenta de Acción Cultural Española, una de las entidades organizadoras. Otegui augura que la exposición española “romperá cifras”.

El oro de los escitas

“Este pequeño Hermitage” muestra una de sus caras más desconocidas y fascinantes. Se trata de la colección de orfebrería griega, dónde destacan las piezas del “oro de los escitas”, pueblos nómadas que viajaban a través de la estepa siberiana.

Una de las joyas más significativas es el maravilloso Peine con escena de batalla, que data del siglo IV a.C y fue encontrado en excavaciones arqueológicas realizadas en túmulos funerarios. Otra de las piezas singulares es el Vaso de flores en cristal de roca, oro y diamantes del joyero de la familia real, Carl Fabergé (1846-1920).

Los tesoros también abarcan un importante número de obras maestras de la pintura, la escultura y el dibujo. Como el San Sebastián de Tiziano, el Tañedor de laúd de Caravaggio- que es la única pintura del artista milanés que atesora el museo ruso- el Almuerzo de Velazquez, o dos pinturas de la colección de Rembrandt de la numerosa tanda que expone el Hermitage. Entre las esculturas destaca la creación de Antonio Canova, la Magdalena penitente.

Impresionismo y post-impresionismo

La muestra no deja de lado las obras de genios del impresionismo y el post-impresionismo, como Monet, Cezanne, Renoir, Gauguin o Matisse, este último con dos pinturas, Juego de bolas y la célebre Conversación.

De Picasso se muestran tres cuadros, entre ellos Mujer sentada y Bebedora de absenta. Completan la espléndida selección, dos iconos de la vanguardia abstracta rusa: la Composición VI de Kandindky y el misterioso Cuadrado negro de Malevich.

Las palabras de Mikhail Piotrovsky, director del Museo Hermitage, quizás sean las que mejor resuman el espíritu de la grandiosa exposición, que hermana ya para siempre a ambos países:

“Hemos intentado contar la historia de nuestro museo y sus colecciones, la historia de los zares y los coleccionistas (…) para presentaros Rusia, tal como la imaginamos, amamos y apreciamos a través del Museo Hermitage. Espero que al público español le guste”.

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Más información en la web del Museo del Prado: