Lo Sagrado hecho real
Exposición
Fechas Del 21/10/2009 al 24/01/2010 (De 10:00 a 18:00 h)
Lugar
National Gallery (London)
Trafalgar Square
WC2N 5DN Londres
(REINO UNIDO)
La exposición muestra cuadros y escultura policromada de los grandes artistas españoles del siglo diecisiete. Las esculturas y las pinturas se exponen juntas con el fin de explorar su relación. La mayoría de las esculturas de este tiempo estaban dedicadas a temas cristianos. La exposición pone de manifiesto como pintores y escultores combinaron sus artes para crear imágenes de santos, de la Inmaculada Concepción y de la Pasión de Cristo.
Creada para impresionar los sentidos y agitar el alma, la exposición representa una reevaluación histórica del arte religioso español de la Edad de Oro. Obras maestras de Diego Velázquez y Francisco Zurbarán, aparecen expuestas por primera vez al lado de esculturas policromadas realizadas por artistas de la talla de Juan Martínez Montañés y Pedro de Mena. Su comisario nos contará la tesis de la exposición y la disposición de las obras. Dr Xavier Bray, Conservador adjunto de Pintura Española de los siglos XVII y XVIII de la National Gallery, Londres, desde 2002.Desde su regreso a La National Gallery ha sido conservador adjunto de las exposiciones celebradas en la National Gallery: El Greco (2004), Caravaggio (2005), Velázquez (2006) y conservador de la exposición `Lo Sagrado hecho Real` que tiene lugar en la Nacional Gallery del 21 de octubre de 2009 al 24 de enero de 2010.
Ficha técnica
Obra: 35 obras. Cuadros y esculturas
Autor /es: Velázquez, Cano, Zurbarán, Gregorio Fernández, Juan Martín Montañes y Pedro de Mena
Cronología: de principios del siglo XVII a finales del siglo XVII
Entidades Organizadoras
Galería Nacional (Londres) / National Gallery (London)
Entidades colaboradoras
Instituto Cervantes (Londres)
http://www.nationalgallery.org.uk/
Obras en la muestra:
Puede consultarse en el siguiente enlace:
SALA 1
EL ARTE DE PINTAR
ESCULTURAS: LA BÚSQUEDA
DE LA REALIDAD
La producción en España, durante el siglo XVII, de esculturas de temática religiosa estaba regida por el sistema de gremios: el Gremio de los Carpinteros para los escultores y el Gremio de los Pintores para los policromadores o pintores. Las habilidades necesarias para pintar escultura se adquirían en estudios de pintura que había repartidos por toda España. El más famoso de ellos era el estudio de
Francisco Pacheco, ubicado en Sevilla, con el que estudiaron Velázquez y Alonso Cano. En su influyente tratado titulado Arte de la Pintura (1649), Pacheco aconseja que una escultura de madera ‘necesita que la mano del pintor cobre vida’. Está documentado que Zurbarán pintó una talla de la Crucifixión al inicio de su carrera. La labor de pintar esculturas, analizada como forma artística, sigue estando a día de hoy muy poco estudiada. Sin embargo, no hay duda de que en su tiempo se trató de una labor enormemente respetada, considerada como un lucrativo negocio para los pintores. Uno de las consecuencias patentes del contacto directo que los pintores tuvieron con la
escultura religiosa fue el ilusionismo tridimensional que a menudo introdujeron en sus composiciones.
1.- Diego Velázquez (1599–1660)
Retrato de Juan Martínez
Montañés, 1635–6
Montañés fue uno de los escultores más importantes que desarrolló su labor en la Sevilla del siglo XVII. Popularmente conocido como el ‘dios de la madera’, a menudo remitía sus esculturas al estudio de Pacheco para ser pintadas. En 1635, se le pidió a Montañés que acudiera a Madrid para realizar un retrato en arcilla de Felipe IV. Velázquez lo representa como un caballero-escultor, ataviado con su mejor atuendo. Le muestra durante el acto de creación, un efecto que Velázquez plasma maravillosamente bien dejando sin pintar la zona de la cabeza del rey.
Óleo sobre lienzo
Cat.1/X6329. Museo Nacional del Prado, Madrid
2.- Francisco Pacheco (1564–1644)
Cristo en la Cruz, 1614
Pacheco era célebre por su destreza como pintor de esculturas, y con frecuencia trabajó conjuntamente con Montañés (véase el retrato de la izquierda y 6), incluyéndose entre sus colaboraciones Crucifixiones de tamaño natural. Este hecho queda reflejado en
el carácter fuertemente escultural de la Crucifixión pintada que aquí se muestra. En su papel de censor del arte religioso, en nombre de la Inquisición, Pacheco creía que los artistas siempre debían representar los cuatro clavos que mantenían a Cristo sujeto a la cruz, y no tres, como sucedía en ocasione
Óleo sobre madera de cedro
Cat.2/X6151. Instituto Gómez Moreno,
Fundación Rodríguez-Acosta, Granada
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