Goya. Estampas de invención.
Caprichos,
Desastres, Tauromaquia y Disparates
Tipo de exposición: grabados.
Lugar: Museo de Bellas Artes de Bilbao, Sala BBK
Fechas: del 11 de junio al 23 de septiembre de 2012
La exposición mostrará las cuatro series de
grabados referenciales de Francisco de Goya (Fuendetodos, Zaragoza,
1746–Burdeos, Francia, 1828) que se conservan en el extenso fondo de obra sobre
papel perteneciente a la colección del Museo de Bellas Artes de Bilbao: Caprichos
(80), Desastres de la Guerra (82), Tauromaquia (40) y
Disparates (22).
Son 224 estampas en las que se plasma
el talento del genio aragonés y el punto de inflexión que supuso su obra dentro
de la historia del grabado. Goya ejecutó estas series sin verse sujeto a
encargos que pudieran rebajar su condición artística. Además, el dominio de las
técnicas de grabado –combinando el aguafuerte para trazar el dibujo de la
composición, la aguatinta, a veces bruñida, para crear efectos de luz y
volumen, y el buril y la punta seca para los retoques– permitió a Goya
desplegar una creatividad hasta entonces inusitada dentro de la obra gráfica.
Los Caprichos son una parte esencial
de la obra de Goya y la primera colección de estampas realizada por él con el
fin de ser vendida como una serie. Constituyen una crítica, en ocasiones
abiertamente mordaz, sobre diversos aspectos políticos, religiosos y sociales
de la época. Empezaron a gestarse en torno a 1797 y se ultimaron en 1799.
Los Desastres de la Guerra comenzó a
ser pasada a planchas hacia 1810, en plena invasión de las tropas napoleónicas.
La vívida impresión de los horrores de la guerra y de las atroces consecuencias
de lo peor del espíritu humano quedarán para siempre plasmadas en una serie
atemporal en la que Goya testimonia universalmente la barbarie y la sinrazón.
Entre el drama de los Desastres y el
misterio de los Disparates se sitúa la Tauromaquia, grabada entre
1814 y 1816 como un remanso de emoción ante la fiesta de los toros, sus lances,
suertes y episodios, a la que Goya era tan aficionado.
Los Disparates o Los Proverbios es la
serie más enigmática. Su edición es póstuma y por ello quedaron sin determinar
los títulos, la cronología, la ordenación y su significado. Puede fecharse
hacia los años 1816 y 1823. La serie completa adquirida por el museo en 2008
pertenece a la primera edición estampada para la Academia, que es la de mayor
calidad.
Este extraordinario conjunto de imágenes,
cuya originalidad despertó el interés de muchos artistas de las vanguardias,
podrá valorarse aún más al contraponerse con otras estampas de artistas anteriores,
coetáneos y posteriores que también forman parte de la colección del museo.
Además, el catálogo editado por el museo con motivo de la exposición recogerá
todas las estampas y un texto de José Manuel Matilla, jefe del
departamento de Dibujos y Estampas del Museo del Prado.
Han hecho
falta nada menos que 82 años. Ése es el tiempo que le ha llevado al Museo
Bellas Artes de Bilbao poder reunir en su totalidad las 224 estampas recogidas
en las cuatro series de grabados donde Francisco de Goya (Fuendetodos, 1746 -
Burdeos, 1828) plasmó su poderosa y definitiva visión sobre el mundo que le
rodeaba.
Tras
incorporar este mismo año las cuatro últimas piezas de los Disparates que
faltaban para completar la colección, el museo muestra desde hoy, por primera
vez, todo el conjunto íntegro, uno de los monumentos gráficos del arte de los
siglos XVIII y XIX: los 'Caprichos '(80 grabados), los 'Desastres de la Guerra'
(82), 'Tauromaquia' (40) y 'Disparates' (Los Proverbios) (22).
Realizadas
entre 1797 y 1823, las cuatro series muestran, en palabras del director del
museo, Javier Viar, «la evolución del ideario, el pensamiento plástico y la
capacidad expresiva de Goya en su etapa de madurez, los 20 años finales de su
carrera artística», desde su visión satírica onírica hasta el feroz realismo
expresionista, desgarrador y terrible de su etapa final que «ha dejado una
huella que alcanza al arte contemporáneo y sigue influyendo hoy día en el arte
actual».
Crear sin
reproducir
El título
elegido para la muestra, 'Estampas de Invención', pone el acento en la forma en
la que el genio de Fuendetodos abordó y se acercó al grabado, una técnica
tradicionalmente utilizada para la reproducción en serie sin más de obras no
originales. Goya, en cambio, salvo en su primera etapa, donde plasmó 17 obras
de Velázquez, una de sus fuentes de inspiración junto a Rembrandt y la
Naturaleza, recurrió al grabado como un campo de pruebas donde dar rienda
suelta a sus ideas y sus indagaciones expresivas y artísticas: Goya usó el
grabado para crear y no para reproducir, logrando desplegar una creatividad
hasta entonces inusitada dentro de la obra gráfica.
Consciente
de su potencial, el pintor aragonés vio que nada como el grabado, por su
capacidad para multiplicar su difusión pública y llegar a la sociedad, para
mostrar a través de esta técnica su personal y crítica visión del mundo.
Así, en los
'Caprichos', la primera serie que realizó con intención de ponerla a la venta,
el artista censura de forma satírica y mordaz el comportamiento humano de
aspectos políticos, religiosos y sociales de la época. En los 'Desastres',
serie iniciada en plena invasión de las tropas napoleónicas, critica la
brutalidad, la barbarie y las consecuencias de la guerra, y en 'Tauromaquia'
trasciende la mera ilustración academicista e histórica de los lances del toreo
mostrando incluso la violencia intrínseca del ser humano, aún siendo
aficionado.
Visión atroz
Finalmente,
en 'Disparates', serie inacabada publicada tras su muerte, muestra de modo
grotesco la esencia del ser humano con una visión atroz y espeluznante que la
hermana con las 'Pinturas Negras', acentuada por el uso del blanco y negro
propio de la obra gráfica.
Es en estos
'Disparates' de su etapa final, pese a su condición de inacabados y
enigmáticos, donde Goya logró la máxima expresión sobre la condición humana
universal, también presente en las otras tres series: su visión crítica del
hombre a partir «de sus miedos, su violencia, sus creencias, sus vicios y sus
errores», resume José Manuel Matilla, jefe del departamento de Dibujos y
Estampas del Museo del Prado, en el texto que ha incorporado al catálogo que la
pinacoteca ha editado con motivo de la exposición.
Liberado de
las ataduras del arte por encargo, que tampoco dio los frutos esperados, Goya
desarrolla una actividad independiente donde el mundo de las ideas adquiere un
protagonismo sin parangón en su época. Además, Goya logra en estas cuatro
series temáticas «trascender el marco particular y temporal del significante de
sus obras para mostrar referentes universales intemporales; todavía hoy, de
plena vigencia, actualidad e influencia», sugiere Matilla.
Para el
comisario de la muestra, Javier Novo, en estas series Goya es donde «pudo
expresar toda su creatividad y abordar temas de la realidad y la imaginación
que difícilmente hubiera podido haber plasmado a través de la pintura».
Estas cuatro
series reúnen, en su opinión, «la parte más íntima y libre de su pensamiento»,
repleta de una visión crítica, pesimista, amarga y desolada de la condición
humana y de la inquietudes que atenazaban su espíritu como artista.
Los grabados
se convierten de esta forma en un repertorio de ideas, a menudo con anotaciones
y títulos con alusiones ambiguas y crípticas que el artista incluye por temor a
que las críticas deslizadas en las imágenes le acarrearan represalias de algún
tipo. Las imágenes no ilustran las palabras a modo de mero acompañamiento sino
que «están relacionadas alrededor de un tema principal que sirve de guía al
discurso», sostiene Matilla.
Contexto e
influencia
Otro de los
logros de Goya en sus grabados fue lo innovadora que resultó su capacidad para
desarrollar un discurso ideológico a través de las imágenes que se suceden en
cada serie no de forma organizada, como parte de una historia coherente dentro
de una narración, sino por la acumulación en las composiciones de imágenes
genéricas y referentes universales interrelacionados. Goya rompió el discurso
espacio temporal, una regla clásica de la narración, para mostrar agrupaciones
temáticas que no siempre siguen un orden lógico y lineal.
Las cuatro
series han sido desplegadas junto a otro conjunto de obras también propiedad de
la pinacoteca que actúan de marco contextualizador anterior y posterior de las
224 estampas, que se exhiben bajo una luz especial y junto a una mesa de
imágenes interactivas.
Se incluyen
una treintena de obras de artistas anteriores a Goya que usaron el grabado,
como Durero o Rembrandt y también se han intercalado creaciones de artistas
influidas por el genio del creador de los Fusilamientos del 3 de mayo: pueden
contemplarse obras de la colección propia del Bellas Artes de Francis Bacon,
Picasso, Antonio Saura o Manuel Millares, entre otros.
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Para ver algunos (19) de los grabados de la muestra
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