miércoles, 27 de abril de 2011

Exposición: "Imagenes y mitos en la pintura andaluza. Colección Bellver


Exposición: Imágenes y mitos en la pintura andaluza.

Colección Bellver

Museo de Bellas Artes Sevilla

Del 9 de marzo al 29 de mayo de 2011

La exposición Ofrece un recorrido por la pintura andaluza, y en concreto sevillana, a través de una importante selección de pinturas de la Colección Bellver.
Está formada por 171 pinturas y una pequeña selección de esculturas y platería, que forman un altar para el Corpus Christi.


La cronología de las pinturas abarca más de un siglo, desde 1830 hasta 1950. Los pintores son fundamente sevillanos, aunque hay artistas españoles y extranjeros que tienen en común haber escogido Andalucía como temática de sus pinturas. El resultado es un conjunto de gran coherencia que muestra la evolución de la imagen de Andalucía y lo andaluz.

Este arquetipo evoluciona a la par que la técnica artística, por lo que la exposición ha podido articularse en las siguentes secciones temáticas que explican los principales rasgos que definen la pintura de ese momento.

Los pintores viajeros. Los artistas y viajeros que nos visitaron desde 1830 dejaron en su pintura la interpretación foránea de la Andalucía romántica con gran éxito. Sobresalen artistas como Blanchard, Robert Kemm y Jules Worms.

Costumbrismo romátnico. En el segundo tercio del siglo XIX, destacados pintores locales como los Domínguez Bécquer o Cabral Bejarano, siguieron esta temática característica, que ha quedado en el imaginario colectivo como el distintivo del romanticismo andaluz. Tipos populares, tabernas y escenas de cante y baile protagonizan estas pinturas.

Pintores andaluces en Italia. A partir de 1870 detacados pintores locales, en su afán de aprendizaje, se trasladaron a estudiar a Italia. Sus obras experimentaron, por influencia de este ambiente internacional, un profundo cambio de temática, estilo y técnica. Artistas como Villegas, Jiménez Aranda o Senet son ejemplo de ello.

La huella de los maestros. El costumbrismo no fue sesguido en todos los casos. El peso de la tradición de la pintura barroca sevillana, especialmente de Murillo, se aprecia en la producción de la época. No sólo se realizaron copias de sus obras, sino que tanto la temática como el estilo pusieron en evidencia esa admiración.

La pervivencia del costumbrismo. Los temas del costumbrismo romántico van a pervivir a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX, pero perfeccionados desde el punto de vista técnico. Las pinturas de García Ramos o Rico Cejudo describen con detalle interiores, escenas y personajes, con evidente afán narrativo.

Paisajes y vistas. Las vistas de Sevilla y sus alrededores caracterizaron la escuela sevillana del siglo XIX . El romanticismo y la pintura del natural trataron los mismos temas, pero con iferente óptica . La Escuela de Alcalá dejó constancia de la importancia del paisaje en la pintura sevillana. Pintores como Sánchez Perrier, García Rodríguez o Pinelo dejaron numerosos paisajes de las riberas del río y de rincones de la ciudad.

Hacia una nueva sensibilidad. El apego a la tradición condicionó la persistencia de los temas, en contraste con el avance de la técnica empleada, debido a la influencia de lo que ocurría fuera de nuestras fronteras, como apreciamos en la pintura de Gonzalo Bilbao, López Cabrera o Romero Ressendi.

(Fuente: Museo de Bellas Artes de Sevilla)

Para ver un video sobre la exposición pincha aquí

















El Museo de Bellas Artes de Sevilla acogerá a partir de la segunda quincena de febrero una exposición con gran parte de la colección Bellver. Esta muestra, que debería haberse inaugurado el pasado mes de octubre pero que se ha demorado por diversas trabas administrativas, acogerá en principio una representación de ochenta a cien pinturas de lo más notable de la escuela sevillana del siglo XIX, amén de otras presencias como la granadina, la malagueña o la gaditana.

Mariano Bellver lleva casi medio siglo coleccionando obras de arte de gran valor entre las que destacan las pinturas sevillanas. En ese sentido, este coleccionista ha seguido unos criterios muy claros, de manera que ha intentado tener al menos una obra de cada artista de la escuela sevillana del XIX. Así, destacan pinturas del romanticismo, del historicismo y del realismo social. No están todos los grandes pintores, pero sí los más representativos, como la familia Cabral Bejarano, la familia Bécquer, Roldán, Eder, Wssel, Hohenleiter, Rico Cejudo, Gonzalo Bilbao, etc.

Una de las grandes virtudes de la colección es el conjunto de paisajes de los artistas que compusieron la escuela paisajista de Alcalá de Guadaíra, sobresaliendo García Rodríguez, Senet o Sánchez Perrier. Estos últimos pintores sí están muy bien representados en la colección Bellver.

Otro de los artistas que están incluidos en esta larga nómina y que no deben ser olvidados es José García Ramos, que en palabras del catedrátido de Historia del Arte y autor del catálogo de esta colección, Enrique Valdivieso, «es la quitaesencia del arte popular sevillano». Según comenta este experto, «de García Ramos esta colección posee media docena de pinturas que son de una excelente calidad».

Perfecta conservación

Estas pinturas están en perfecto estado de conservación ya que Bellver tiene un conservador que mantiene impecables los cuadros, protegiéndolos de la suciedad, la humedad, etc. En ese sentido, Valdivieso señala que «se trata de una exposición muy barata porque la casa de Mariano Bellver está justo enfrente del Museo de Bellas Artes, con lo cual no hay transportes, los seguros de los cuadros probablemente sean muy bajos y el local de la exposición es público, esto se ajusta perfectamente a las dificultades presupuestarias por la que está atravesando en estos momentos tanto la administración andaluza como la española en general».

Actualmente se está imprimiendo el catálogo completo de la colección Bellver, que saldrá publicado antes de Navidad. Los textos de esta publicación han sido elaborados por Enrique Valdivieso. Sin embargo, aún no hay designado un comisario para la futura exposición que se organizará en el Museo de Bellas Artes. A este respecto, serán tanto el propio coleccionista como la Consejería de Cultura los que se tengan que poner de acuerdo para elegir a algún experto que esté al frente de esta muestra.

Catalogación exhaustiva

En todo caso, entre los meses de abril y septiembre, Valdivieso ha estado trabajando exhaustivamente en la catalogación de toda la colección de Mariano Bellver, que asciende aproximadamente a unas 370 obras de arte. En torno a 300 son las que Bellver quería ceder a la ciudad de Sevilla para que formaran parte del Palacio de Monsalves, pero eso resulta inviable dada la falta de espacio.

En cuanto a lo que esta colección podría aportar a la ciudad, este experto admite que «los sucesivos directores del Museo de Bellas Artes de Sevilla descuidaron la posibilidad de reunir obras sevillanas del siglo XIX porque se consideraba que estas pinturas eran de tema menor, por eso no hay un número considerable de representantes de esta escuela actualmente en este museo». Como ejemplo de esta laguna histórica hay que tener en cuenta que el pintor Antonio Cabral Bejarano fue el primer director del Bellas Artes hacia el año 1840. De este artista no existe ninguna pintura en los fondos actuales del Museo. De los demás artistas decimonónicos se han ido incorporando obras en fechas recientes.

D Por otra parte, este catedrático de Arte señala que existe un cuadro precisamente de Cabral Bejarano que está en posesión de una familia sevillana y que el año pasado se intentó subastar en Madrid sin éxito ya que tenía un precio de salida de 360.000 euros. Se trata del «Retrato del marqués de Arco Hermoso y su familia». Dicha pintura está actualmente en venta y sería «un magnífico broche de oro a la colección de don Mariano Bellver», indica este investigador. Se trata de un lienzo del año 1838 en la que el artista muestra como personaje principal a José Ruiz del Arco, el que fuera primer alcalde constitucional de Sevilla entre 1835 y 1836. En esta obra de grandes dimensiones (220 x 260 cm) aparece el marqués con una perdiz en la mano y con la escopeta de caza al hombro rodeado por su familia en una escena ambientada al aire libre y con el cortijo que poseía en Dos Hermanas de fondo. «Don Mariano tendría que hacer un esfuerzo porque este cuadro merece la pena ya que estamos

hablando de “Las Meninas” del siglo XIX y de la mejor pintura que se realizó en Sevilla en toda esta centuria».

Preguntado por ABC, el propio Mariano Bellver reconoció que se trata de una pintura muy importante, pero también admitió que «ahora mismo estamos cerrando el catálogo del inventario de la colección que saldrá publicado en breve tiempo y no vamos a adquirir ninguna obra nueva de momento».

(Fuente: ABC de Sevilla)

martes, 5 de abril de 2011

Exposición "El joven Ribera"

Exposición “El joven Ribera”

Lugar: Museo del Prado, Madrid

5 de abril – 31 de julio 2011

Comisario: José Milicua, Catedrático Emérito de Historia del Arte de la Universidad de Barcelona y Javier Portús, Jefe de Conservación de Pintura Española del Museo del Prado

El próximo mes de abril el Museo del Prado presentará El joven Ribera, una muestra antológica que dará a conocer la actividad del pintor español durante su estancia en Roma y los años siguientes a su establecimiento en Nápoles en 1616. Se trata de una etapa apenas conocida hasta época reciente, y que está dando lugar a un interesantísimo debate entre los historiadores. La exposición, compuesta por más de una treintena de obras, permitirá comparar los cuadros más importantes que se relacionan actualmente con este periodo, y profundizar en el conocimiento de su sucesión cronológica y en la importancia que tuvieron para el desarrollo del caravaggismo romano de la segunda y tercera década del siglo XVII. Una de esas obras es La resurrección de Lázaro que adquirió el Museo del Prado en 2001 y que se ha convertido en uno de los principales puntos de referencia en torno a los que se ha articulado el debate sobre la actividad temprana del pintor

Uno de los episodios de mayor importancia, relacionado con la historiografía de la pintura española de los últimos años, está siendo la reconstrucción de la actividad pictórica que llevó a cabo José de Ribera durante su estancia en Roma y los primeros años de su vida napolitana (1610-1622). Durante los últimos diez años se han realizado avances muy significativos en el conocimiento e interpretación de esta etapa temprana del pintor; nuevos estudios han añadido datos inéditos sobre los lugares donde residió, su círculo de clientes y su situación financiera, pero lo más relevante es que el análisis estilístico y los aportes documentales han permitido identificarlo con el hasta entonces anónimo 'maestro del Juicio de Salomón' lo que ha supuesto la incorporación de varias decenas de obras a su catálogo. Desde el punto de vista del Museo del Prado, al interés que ofrece esta muestra de profundizar en el conocimiento de Ribera, uno de los artistas españoles mejor representados en sus colecciones, se suma al que permite crear un contexto muy preciso para el estudio y la valoración de La resurrección de Lázaro, un cuadro cuya atribución fue muy discutida en el momento de su adquisición (2001), y que hoy es generalmente aceptada. La mayor parte de las obras de Ribera que custodia la institución son muy posteriores, por lo que esta muestra constituirá la ocasión más propicia para entender plenamente este gran cuadro y valorar su extraordinaria significación en el contexto de la carrera temprana de su autor.

Las más de treinta obras que conformarán la exposición proceden de museos y colecciones de España, Italia, Francia, Gran Bretaña, México, Suiza, Hungría y Estados Unidos, e incluye una representación de las dos principales series que hizo Ribera en esos años (el Apostolado y Los cinco sentidos), así como las composiciones más complejas que realizó en Roma y Nápoles. Todo ello permitirá al visitante conocer los principales intereses temáticos del joven pintor y apreciar la manera en que se fue formando y evolucionando su estilo hasta convertirse en uno de los pintores naturalistas más originales y poderosos posteriores a Caravaggio. El montaje de la muestra en la sala C del Museo del Prado -un espacio amplio y moldeable- permitirá establecer relaciones y comparaciones entre los cuadros y crear un discurso que explique las direcciones hacia las que se fue moviendo el arte de Ribera. Esta posibilidad resulta especialmente interesante, pues servirá para apreciar la extraordinaria capacidad de cambio del artista valenciano desde los inicios de su producción, lo que explica que muchas de sus obras tempranas se hayan atribuido a un anónimo 'Maestro del Juicio de Salomón' durante años.

El catálogo de la exposición contará con la colaboración del Centro de Estudios Europa Hispánica

(Fuente: Museo del Prado: http://www.museodelprado.es/exposiciones/info/en-el-museo/el-joven-ribera/)

Corto de estatura, de ahí el apodo de Spagnoletto, pero inmenso talento, José de Ribera(1591-1652), el Españolito, conoció pronto el éxito y la fama, primero como grabador y luego como pintor. No obstante, no existen muchos datos sobre sus obras más tempranas, que realizó durante su estancia en Roma y los primeros años de su vida napolitana, a partir de 1610. Se creían desaparecidas, hasta que los especialistas han identificado como suyas varias pinturas sin firma que resultan fundamentales para conocer la trayectoria del pintor de Xàtiva (Valencia), que marchó a Italia a los 17 años para seguir las huellas del dramático Caravaggio.

El Museo del Prado ha reunido 32 piezas en la antológica
El joven Ribera, que permiten completar la visión sobre este pintor, uno de los más ampliamente representados en la colección del museo. Una pintura importante de estos primeros años es La resurrección de Lázaro –adquirida en el 2001 por el Prado, no sin dudas sobre su atribución–, “una composición en la que el autor muestra mejor que nunca su dominio de los registros emotivos y su capacidad para aunar monumentalidad y emoción”, explica Javier Portús, uno de los comisarios de la muestra, que considera que, después de esta obra, el Ribera napolitano (allí murió, y no está probado que regresara a España) optó por mezclar gestos y emociones extremos, pero nunca retomó el grado “de contención y unidad afectiva que hay en este cuadro”. Tras la etapa que muestra ahora el Prado, De Ribera, hijo y nieto de zapateros, se convirtió en el pintor tenebrista de las diagonales luminosas y las composiciones monumentales, en uno de los pintores naturalistas más originales y poderosos posteriores a Caravaggio.

La relación de obras puede verse pinchando aqui

(Fuente: El Magazine: http://www.magazinedigital.com/cultura/arte/ficha/cat_id/46)

Video sobre la exposición en el que Javier Portús, comisario de la muestra, nos enseña cómo disfrutar de la pintura del artista de Xátiva. Para verlo pincha aquí