lunes, 26 de octubre de 2009

Exposición "Sorolla y sus contemporáneos"

"Sorolla y sus contemporáneos"

Museo de Huelva

Exposición temporal del 21 de octubre al 22 de noviembre de 2009

Sorolla y sus contemporáneos" se exhibe desde hoy en el Museo Provincial de Huelva, en su última etapa después de 22 meses por distintas ciudades europeas, antes de volver al Museo de Bellas Artes de La Habana de donde procede.

La exposición ha sido inaugurada por el director de la Fundación Caja Rural del Sur, Jaime de Vicente Núñez, y los responsables de la muestra: el director de Relaciones Internacionales del Museo de La Habana, Heriberto Rodríguez, y la Comisaria de la Exposición, Aymee Chicuri, entre otros.

Durante un mes se puede ver en el Museo Provincial una selección de 60 obras maestras de grandes artistas de la pintura española, realizada por Manuel Crespo Larrazábal como especialista en arte español del Museo de la Habana.

Entre estas, destacan diecisiete sorollas y nueve zuloagas, así como obras de representantes andaluces de la plástica como Gonzalo Bilbao, López Mezquita, Moreno Carbonero y Sánchez Perrier.

Rodríguez ha indicado que la muestra estaba en Andorra, desde donde debía ya regresar a Cuba, pero finalmente se ha accedido a que viniera a Huelva y acabara aquí su viaje por "la importancia de la propia muestra y la importancia del Otoño Cultural Iberoamericano (OCIB 2009)" donde su exhibición se circunscribe.

Chicuri, por su parte, ha destacado que la muestra se compone de unos cuadros en los que puede contemplarse a la perfección el "iluminismo", la tendencia artística que marcó a los artistas españoles de la época y que se caracteriza por el predominio de una atmósfera brillante, resplandeciente.

"Tenemos colecciones grandiosas. La clase alta cubana de aquella época era muy culta e invertía mucho en arte. Les gustaba coleccionar y poder organizar exposiciones, difundir los cuadros, salir en la prensa, con este pretexto (Joaquín) Sorolla estuvo muy de moda, sobre todo tras su muerte, y es por ello que tenemos tantas obras suyas en Cuba", ha explicado Chicuri.

Sólo en el Museo de Bellas Artes de La Habana se custodian un total de 32 cuadros del autor valenciano (1863-1923).

Cuadros como ‘Niña’ (1904), ‘Barcas en un canal’ (1900), ‘Gitana’ (1899), ‘Entre naranjos’ (1903) o ‘Elena entre rosas’ (1907), ‘Valenciana recogiendo naranjas’ (1908), o ‘Habitaciones de los Reyes Católicos en la Alhambra’ (1910) son algunas de las obras que podrán contemplarse, junto a las del que denominan como el ‘polo opuesto’ de Sorolla, el artista vasco Ignacio Zuloaga, que a lo largo de su carrera reflejó paisajes así como diversos momentos de la imaginería popular y de la vida cotidiana, marcando sus cuadros con un profundo dramatismo y realismo.

De Zuloaga destacan en la exposición ‘El palco’ (1917); ‘Toros en Sepúlveda’ (1915), ‘El banderillero llamado El Buñolero’, ‘Retrato del pintor Pablo Uranga’ (1905), ‘Teodora’ (1914) y ‘Mi prima Esperanza’.

La exposición 'Sorolla y sus contemporáneos' recoge un excepcional conjunto de obras de Sorolla y de algunos de los pintores más destacados del arte español. Las obras, que pertenecen a los fondos del Museo de Bellas Artes de La Habana (Cuba), constituyen la segunda colección de obras de Sorolla más importante del mundo, y estarán expuestas en el Museo de Huelva del 21 de octubre al 22 de noviembre de 2009.

Organizada por Caja Rural en colaboración con el Puerto de Huelva y la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía dentro de las actividades del Otoño Cultural Iberoamericano, muestra las obras del genial pintor Sorolla, junto a algunos de sus contemporáneos, nombres clave en la historia de la pintura, como Zuloaga, Pinazo, Rusiñol, Anglada, Julio Vila, Cubells, Francisco Pons o Manuel Benedicto.

La exposición ofrece un acercamiento a la pintura de finales del siglo XIX y principios del XX. Durante este período, la pintura europea experimentó un proceso de crisis que algunos estudiosos interpretan como el epílogo de los principios naturalistas establecidos en el Renacimiento y el prólogo a las rupturas vanguardistas del siglo XX. En el caso específico de España la producción pictórica estuvo dominada por dos figuras relevantes: Sorolla y Zuloaga, dos de los pintores con mayor repercusión fuera de las fronteras españolas y que representaron dos polos estéticos completamente diferenciados.

Es la primera ocasión en que la colección de un museo iberoamericano se expone en la ciudad de Huelva, consolidándose con esta muestra, como afirma la conservadora del Museo de Bellas Artes de La Habana, "un puente entre el Caribe y el Mediterráneo, con dos mares que nos seguirán uniendo, esta vez, a través de la cultura".

A pesar de ser ya incontables las muestras realizadas de Joaquín Sorolla, no está de más estudiarlo desde otro punto de vista, mirarlo con otros ojos, un cambio, una iniciativa diferente que tiene como fin la puesta en valor, no sólo de la figura del maestro valenciano, sino de todos sus contemporáneos, que como bien advierte Luz Merino Acosta, Subdirectora Técnica del Museo Nacional de Bellas Artes, merecen ser “recolocados tanto en el panorama de la historia del arte como en los espacios de circulación desde una perspectiva que se propone desde el pasado iluminar el presente”. Es pues esta colección una oportunidad de conocer y disfrutar de personalidades artísticas del territorio español, que hasta hace bien poco habían permanecido en la sombra y que cada vez más resuenan en los itinerarios artísticos. Es un modo de conocer y reconocer la valía del arte de un tiempo que oscila entre los años finales del siglo XIX y 1920.

Únicamente un texto acompaña al catálogo de las obras expuestas, titulado “Entre el Realismo y las Vanguardias” de Manuel Crespo Larrazábal, comisario de la exposición, quien realiza un profundo y perspicaz análisis evolutivo de la producción artística europea de estos años, hasta desembocar en el ámbito español.

El periodo denominado Cambio de Siglo, se inicia bajo las premisas del Realismo, fundamentado en, un declarado interés por reflejar el mundo aparencial con la mayor objetividad posible y una predisposición hacia lo cotidiano y lo sencillo, para elevar el tema de la contemporaneidad a su nivel más alto. No pocos cambios se sucedieron merced a estos postulados, en el que los pintores ávidos de realidad salieron de sus talleres a retratar el mundo rural y urbano descubriendo no sólo su entorno más cercano y cotidiano sino lo más importante “la Luz”. Manipulada por el artista desde el periodo barroco, los realistas repararon en su influencia sobre los objetos y su capacidad para modificar formas y colores. Siguiendo estos preceptos, esta dedicación por el estudio de la luzsurge uno de los movimientos más revolucionarios del momento, el Impresionismo, pero hasta este camino que se abrió como puerta hacia el futuro se volvió inútil cuando se trataba de restablecerle una misión al arte. Se acumulan propuestas, estilos, maneras difíciles de encasillar, se podría afirmar que “la producción de esos años- entre 1885 y 1920 aproximadamente- está vertebrada, en mayor o menor medida, en torno a la subjetividad como actitud del artista y la sugerencia en la manera de formular la obra”. Incluso se pueden reconocer en un mismo pintor tendencias opuestas, dentro de un pensamiento ecléctico, según el cual se servían de elementos realistas, románticos, simbólicos... según su idoneidad para aquello que querían expresar o según el encargo que tenían que realizar.

Durante la década final del siglo XIX, surgen en determinados centros europeos signos de renovación, es el caso del arte belga que vivió una época de gran efervescencia, lleno de debates artísticos y grandes exposiciones que contribuyeron sobre todo al desarrollo del simbolismo.

También Polonia despierta de su letargo cuando cambia el objetivo de sus miras de Munich a París. El movimiento conocido como Joven Polonia, desarrollado principalmente en Cracovia y Varsovia, manifestaba un gran apego al espiritualismo y la subjetividad ante “la necesidad de preservar la identidad nacional en un país desmembrado y absorbido por tres potencias vecinas”.

En el caso español, se ha querido sintetizar el asunto en una “polarización entre un arte reflexivo y otro objetivo” liderados respectivamente por Joaquín Sorolla en el polo realista, junto con un grupo de pintores en su mayoría valencianos, que se servían de componentes formales más modernos para la representación de temas triviales y escenas amables, muy diferentes a las visiones del polo opuesto encabezado por Ignacio Zuloaga, más cercano al simbolismo y con una visión crítica de la vida y la historia de España, en busca de una respuesta a la decadencia nacional.

El Modernismo, otra de las vertientes nacidas del realismo, lo vincula el autor con las figuras de Santiago Rusiñol y Ramón Casas uno de los impresionistas españoles más reputados.

Sin embargo la variante del Modernismo que más éxitos y seguidores tuvo y tiene aún hoy en la actualidad fue el denominado “luminismo” de brillante colorido y pincelada fresca, encarnado en España por la figura de Joaquín Sorolla.

Este intenso recorrido por la estética y la ideología artística de entre siglos, culmina con una importante epílogo del autor, en el que reivindica el valor de la pintura de fondo realista que, resistiendo en paralelo a las vanguardias durante todo el siglo XX, sirvió de punto de inflexión hacia nuevas tendencias.

A continuación el catálogo que contempla obras de: Joaquín Sorolla (Valencia, 1863-1923), Ignacio Pinazo Camarlench (Valencia, 1849-1916), Gonzalo Bilbao Martínez (Sevilla, 1860-1938), Cecilio Plá Gallardo (Valencia, 1860-1934), Santiago Rusiñol Prats (Barcelona, 1861-1931), José Mongrell Torrent (Valencia, 1870-1937), Ignacio Zuloaga Zabaleta, (Eibar, 1870-1945), Hermenegildo Anglada Camarasa (Barcelona, 1871-1959), Julio Vila Prades (Valencia, 1873-1930), Enrique Martínez Cubells Ruíz Diosayuda (Madrid, 1874-1947), Manuel Benedito Vives (Valencia, 1875-1963), José Pinazo Martínez (Roma, 1879-1933), Bartolomé Mongrell Muñoz (Valencia, 1882-1938), Roberto Domingo Fallola (París, 1883-1956), Francisco Pons Arnau (Valencia, 1886-1955) y Víctor Moya Calvo (Valencia, 1889-1972).

Exposición "Lo Sagrado hecho real"

Lo Sagrado hecho real

Exposición

Fechas Del 21/10/2009 al 24/01/2010 (De 10:00 a 18:00 h)

Lugar

National Gallery (London)
Trafalgar Square
WC2N 5DN Londres
(REINO UNIDO)

La exposición muestra cuadros y escultura policromada de los grandes artistas españoles del siglo diecisiete. Las esculturas y las pinturas se exponen juntas con el fin de explorar su relación. La mayoría de las esculturas de este tiempo estaban dedicadas a temas cristianos. La exposición pone de manifiesto como pintores y escultores combinaron sus artes para crear imágenes de santos, de la Inmaculada Concepción y de la Pasión de Cristo.

Creada para impresionar los sentidos y agitar el alma, la exposición representa una reevaluación histórica del arte religioso español de la Edad de Oro. Obras maestras de Diego Velázquez y Francisco Zurbarán, aparecen expuestas por primera vez al lado de esculturas policromadas realizadas por artistas de la talla de Juan Martínez Montañés y Pedro de Mena. Su comisario nos contará la tesis de la exposición y la disposición de las obras. Dr Xavier Bray, Conservador adjunto de Pintura Española de los siglos XVII y XVIII de la National Gallery, Londres, desde 2002.Desde su regreso a La National Gallery ha sido conservador adjunto de las exposiciones celebradas en la National Gallery: El Greco (2004), Caravaggio (2005), Velázquez (2006) y conservador de la exposición `Lo Sagrado hecho Real` que tiene lugar en la Nacional Gallery del 21 de octubre de 2009 al 24 de enero de 2010.

Ficha técnica

Obra: 35 obras. Cuadros y esculturas
Autor /es: Velázquez, Cano, Zurbarán, Gregorio Fernández, Juan Martín Montañes y Pedro de Mena
Cronología: de principios del siglo XVII a finales del siglo XVII

Entidades Organizadoras

Galería Nacional (Londres) / National Gallery (London)

Entidades colaboradoras

Instituto Cervantes (Londres)

http://www.nationalgallery.org.uk/


Obras en la muestra:

Puede consultarse en el siguiente enlace:


“Descarga la guia de la exposición”


SALA 1

EL ARTE DE PINTAR

ESCULTURAS: LA BÚSQUEDA

DE LA REALIDAD

La producción en España, durante el siglo XVII, de esculturas de temática religiosa estaba regida por el sistema de gremios: el Gremio de los Carpinteros para los escultores y el Gremio de los Pintores para los policromadores o pintores. Las habilidades necesarias para pintar escultura se adquirían en estudios de pintura que había repartidos por toda España. El más famoso de ellos era el estudio de

Francisco Pacheco, ubicado en Sevilla, con el que estudiaron Velázquez y Alonso Cano. En su influyente tratado titulado Arte de la Pintura (1649), Pacheco aconseja que una escultura de madera ‘necesita que la mano del pintor cobre vida’. Está documentado que Zurbarán pintó una talla de la Crucifixión al inicio de su carrera. La labor de pintar esculturas, analizada como forma artística, sigue estando a día de hoy muy poco estudiada. Sin embargo, no hay duda de que en su tiempo se trató de una labor enormemente respetada, considerada como un lucrativo negocio para los pintores. Uno de las consecuencias patentes del contacto directo que los pintores tuvieron con la

escultura religiosa fue el ilusionismo tridimensional que a menudo introdujeron en sus composiciones.


1.- Diego Velázquez (1599–1660)

Retrato de Juan Martínez

Montañés, 1635–6

Montañés fue uno de los escultores más importantes que desarrolló su labor en la Sevilla del siglo XVII. Popularmente conocido como el ‘dios de la madera’, a menudo remitía sus esculturas al estudio de Pacheco para ser pintadas. En 1635, se le pidió a Montañés que acudiera a Madrid para realizar un retrato en arcilla de Felipe IV. Velázquez lo representa como un caballero-escultor, ataviado con su mejor atuendo. Le muestra durante el acto de creación, un efecto que Velázquez plasma maravillosamente bien dejando sin pintar la zona de la cabeza del rey.

Óleo sobre lienzo

Cat.1/X6329. Museo Nacional del Prado, Madrid

2.- Francisco Pacheco (1564–1644)

Cristo en la Cruz, 1614

Pacheco era célebre por su destreza como pintor de esculturas, y con frecuencia trabajó conjuntamente con Montañés (véase el retrato de la izquierda y 6), incluyéndose entre sus colaboraciones Crucifixiones de tamaño natural. Este hecho queda reflejado en

el carácter fuertemente escultural de la Crucifixión pintada que aquí se muestra. En su papel de censor del arte religioso, en nombre de la Inquisición, Pacheco creía que los artistas siempre debían representar los cuatro clavos que mantenían a Cristo sujeto a la cruz, y no tres, como sucedía en ocasione

Óleo sobre madera de cedro

Cat.2/X6151. Instituto Gómez Moreno,

Fundación Rodríguez-Acosta, Granada

miércoles, 21 de octubre de 2009

Exposición "El joven Murillo"

Exposición “El joven Murillo”

La exposición reúne medio centenar de obras del periodo juvenil.

Bartolomé Esteban Murillo

Museo de Bellas Artes de Bilbao

Sala BBK

19 Octubre 17 Enero, 2010

De martes a domingo de 10.00 a 20.00 horas.

Lunes cerrado.*

Cerrado el 25 de diciembre, el 1 y el 6 de enero.

24 y 31 de diciembre de 10.00 a 14.00 horas.

La exposición 'El joven Murillo' se inauguró ayer en Bilbao y ofrece 42 obras del artista barroco, 16 de las cuales nunca habían regresado a este país · La muestra llegará al Bellas Artes de Sevilla en febrero.

Hito cultural que esta pinacoteca y la de Sevilla han preparado para dar a conocer la producción juvenil del artista del Siglo de Oro y que ha logrado reunir, por primera vez en España, un patrimonio disperso por todo el mundo.

"Muy satisfecho con el montaje y con el catálogo científico [en el que participan expertos como Enrique Valdivieso e Ignacio Cano]", se declaraba ayer Benito Navarrete, comisario junto a Alfonso Pérez Sánchez de la exposición que, hasta el 17 de enero de 2010, descubrirá en Bilbao el temprano virtuosismo y la fuerza de las obras de juventud y primera madurez de Murillo durante ese período en el que llegó a desplazar a Zurbarán, por entonces el pintor más estimado de la escena artística sevillana.

La muestra, que viajará a Sevilla en febrero para suceder en la sala de exposiciones temporales a la Colección Casa de Alba, reúne 42 obras comprendidas entre 1640, cuando Bartolomé E. Murillo (Sevilla 1617-1682) tiene 23 años, y 1655. 25 proceden de colecciones extranjeras y 16 se pueden ver por primera vez en España.

"El público ha quedado muy sorprendido de la imagen tan distinta que ofrecemos de un período desconocido de su vida. No encontrarán aquí al Murillo devocional sino a un artista comprometido con la realidad social que leyó con fruición la novela picaresca y crítica de su tiempo. Esa contextualización de su obra temprana con la gran literatura del Siglo de Oro es una de las sorpresas de la visita", recalcó Navarrete en conversación telefónica con este medio. Y es que este proyecto que el director de la pinacoteca bilbaína, Javier Viar, encargó hace cinco años al profesor Pérez Sánchez revela a un artista que inicia su carrera en la senda del naturalismo: "Murillo comienza caminando de la mano de artistas como Caravaggio, que desnudan el alma entera de los protagonistas de sus pinturas; que no los divinizan, sino que los humanizan", declaró el también asesor científico del Centro Velázquez de Sevilla.

El joven Murillo se ha planteado en siete secciones y se abre con sus primeras obras (un Autorretrato, dos Virgen con Santo Domingo y dos Trinidades), "en las que ya comienza a apreciarse la evolución del artista hacia composiciones de gran fuerza de trazo y volumen". Prosigue con seis de los lienzos que constituyeron su primer encargo importante y le dieron a conocer entre sus paisanos: la decoración del Claustro Chico del desaparecido convento de San Francisco de Sevilla que, por primera vez, se presentan unidos en una muestra.

El tercer apartado exhibe los retratos de niños y ancianos pordioseros que ilustran su conciencia social. "No falta ninguna de sus cinco primeras pinturas de desamparados", citó Navarrete de un conjunto de obras maestras como El piojoso, cedido por el Museo del Louvre, el original de La vieja hilandera o Dos muchachos comiendo melón y uvas.

Se prosigue con la sección dedicada a la Infancia de Cristo y sus lienzos monumentales, entre los que destaca José y la mujer de Putifar, cedido por el Museo de Kassel (Alemania). En la sala dedicada a María Magdalena se establece un fructífero diálogo entre la primera versión del tema que pintó en 1640 junto a la de Arango y la procedente de la National Gallery de Dublín. Lo mismo sucede con el martirio de Santa Catalina, un tema presente en sendos lienzos procedentes de Japón y de la Fundación Focus. Cierran la exposición los lienzos de santos penitentes en éxtasis, como el San Pedro en Lágrimas del Bellas Artes de Bilbao, el San Jerónimo penitente del Prado y el San Francisco del Museo de Sevilla.

Relación de obras: (7 secciones)

Sección I: (Primeras obras)

01 Autorretrato Murillo 1650-1655 colección particular Newyork

02 La Virgen entregando el rosario a Santo Domingo 1638-1640 Palacio Arzobispal de Sevilla.

03 La Virgen entregando el rosario a Santo Domingo Hacia 1640-1644 Colección particular

04 La Vrgen con fray Lauterio, San Francisco y Santo Tomás (museo Fitzwilliam de Cambridge) hacia 1638-1640

Sección II: (Decoración del Claustro Chico del desaparecido convento de San Francisco – Sevilla)

05 San Francisco confortado por un ángel 1645-1646 Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando Madrid

06 El beato fray Gil en éxtasis delante de Gregorio IX, 1645-1646 del North Carolina Museum of Art, Raleigh (EE.UU.)

07 San Diego de Alcalá dando de comer a los pobres 1645-1646 Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid B

08 San Diego de Alcaláen éxtasis ante la cruz 1645-1646 Musée des Augustins, Toulouse

09 San Salvador de Horta y el inquisidor de Aragón Óleo sobre lienzo. 178x190 cm. 1645-1646 Musée Bonnat Bayona

10 San Francisco Solano y el toro Murillo 1645-1646Patrimonio Nacional Real Alcázar de SevillaB

Sección III: (Retratos de niños y ancianos pordioseros)

11 Vieja con gallina y cesta de huevos. Hacia 1645 Óleo sobre lienzo. 79,1x63,5 cm. Staatsgemäldesammlungen, Alte Pinakothek, Múnich

12 Vieja hilandera Hacia 1650The Hoare Collection (The National Trust), Stouthead

13 El joven mendigo 1645-1648 Museo del Louvre

14 Dos muchachos comiendo melón y uvas 1645-1648 1655 Alte Pinkothek Munich

15 Vieja gitana con niño1650-1655 Óleo sobre lienzo. 146,4x106,5 cm. Wallraf-Richartz-Museum & Fondation Corboud, Colonia

Sección IV: lienzos monumentales

16 La Santa Cena 1650. Óleo sobre lienzo. 265 x 265 cm. Iglesia de Santa Maria la Blanca. Sevilla

17 José y la mujer de Putifar.Hacia 1645. Óleo sobre lienzo. 196,5 x 245,3 cm. Museumslandschaft Hessen Kassel, Gemäldegalerie Alte Meister, Kassel B

18 La Inmaculada Concepción con fray Juan de Quirós 1652 Arzobispado de Sevilla

.....

Sección V (Sala dedicada a María Magdalena)

.- María Magdalena (primera versión del tema que pintó en 1640)

.- María Magdalena (National Gallery de Dublín)

.- Santa Catalina de Alejandría

Sección VI (lienzos procedentes de Japón y de la Fundación Focus)

.-Martirio de Santa Catalina

.- Virgen con el Niño (Pollock House de Glasgow)

.- Sagrada Familia del pajarito (Museo del Prado)

.- San Juanito

.- Virgen con Niño (museo municipal de Lier - Bélgica)

Sección VII (lienzos de santos penitentes en éxtasis)

.- San Pedro en Lágrimas (1650-1655, Bellas Artes de Bilbao)

.- San Lesmes (1655, Bellas Artes de Bilbao)

.- San Jerónimo penitente (Museo del Prado)

.- San Francisco (Museo Bellas Artes de Sevilla).

.- La Estigmatización de San Francisco (1650, Museo Bellas Artes Sevilla))

.- La visión de Fray Lauterio (museo Fitzwilliam de Cambridge) hacia 1640

martes, 20 de octubre de 2009

Exposición "Colección Casa de Alba"

Exposición “Colección Casa de Alba”


Inicio 15/10/2009 – Fin 10/01/2010

Museo de Bellas Artes de Sevilla

Plaza del Museo, 9
954 786 500
museobellasartessevilla.ccul@juntadeandalucia.es
http://www.juntadeandalucia.es/cultura/museobellasartessevilla

HorarioLunes: cerrado. Martes a sábado de 9,00 a 20,30 horas. Domingos y festivos: de 9,00 a 14,30 horas. Para apertura en festivos, consulte la página del museo

Organiza

Consejería de Cultura

Fundación Cajasol
Fundación Casa de Alba


Descripción

A partir del próximo 16 de octubre, y hasta el 10 de enero del año próximo, se podrá disfrutar de la exposición Colección Casa de Alba en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Gracias a la generosidad de la Duquesa de Alba, y con el patrocinio de Cajasol, la Consejería de Cultura y el museo organizan esta exposición en la que se podrá admirar una de las colecciones privadas más importantes de España. Sin duda, es uno de los acontecimientos culturales de los últimos años en Sevilla.


Como una figura luminosa, ataviada con un vestido de gasa blanca adornado con extraordinarios toques rojos en el fajín, el collar y las lazadas del pelo y el pecho y acompañada de un perrillo faldero. Así retrató Francisco de Goya a una de las mujeres más atrayentes y carismáticas del Madrid de la Ilustración, doña María Teresa del Pilar Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, XIII Duquesa de Alba. La profusa literatura en torno al personaje lo convierte en uno de los cuadros más célebres de la pintura española y, sin duda, el preferido de Cayetana de Alba, que ha declarado en numerosas entrevistas su predilección por esta mujer de fuerte carácter, amante del mundo de la bohemia y el arte de quien, según las versiones de la época y las interpretaciones de investigadores y estudiosos, Goya se enamoró.

Tras una intensa negociación con los promotores de la exposición Colección Casa de Alba, patrocinada por la Fundación Cajasol, la pintura de Goya de casi dos metros de altura será la estrella de la selección de 40 obras -35 procedentes del Palacio de Liria y 5 de Dueñas- que a partir del próximo 15 de octubre y hasta el 10 de enero podrá verse en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.

La llegada a la ciudad de esta obra capital de la producción del pintor aragonés no ha sido fácil. El delicado estado de conservación de este cuadro fechado en 1795 desaconsejó en un principio su traslado. La insistencia por parte de los organizadores, con la Delegación Provincial de Cultura a la cabeza, y "las absolutas garantías que ofrecen los técnicos del museo", según declaró ayer a este medio el portavoz de la Fundación Casa de Alba, han conseguido este gran logro para la pinacoteca hispalense que abre la temporada de exposiciones con esta muestra. Al respecto, la jefa del servicio de Conservación del Museo y comisaria de la exposición, Valme Muñoz, destacó el arduo trabajo que implica el traslado de estas obras y el especial cuidado que hay que poner para que no se dañe ninguna.

La ocasión lo merece ya que, en palabras de Bernardo Bueno, delegado provincial de Cultura, "va a resumir toda la historia del Ducado de Alba en lo que se refiere a arte y se disfrutará de cuadros que no han salido nunca del Palacio de Liria de Madrid". De hecho, en los últimos 30 años, el retrato de la aristócrata sólo ha salido una vez de esos muros: el año pasado para la exposición El Retrato español. Del Greco a Picasso en el Prado, ocasión en la que por primera vez se reunieron las dos pinturas de la Duquesa de Alba de Goya, de blanco y de negro, cuadro este último que se conserva en la Hispanic Society de Nueva York y que representa a la duquesa después de enviudar.


Y si éste es el retrato femenino más importante de la exposición, el protagonismo masculino recae sobre el retrato que el maestro Tiziano hizo de Fernando Álvarez de Toledo, Gran Duque de Alba, y uno de los personajes más fascinantes de la Historia, héroe para unos y paradigma de la crueldad para otros. Precisamente esta joya del Renacimiento, donde se representa a un general maduro y severo, fue una de las pinturas que ayer se colocaron en las salas temporales donde se dispondrán los contenidos de esta histórica cita que repasará los cinco siglos del ducado a través de piezas únicas y de gran valor como Natividad, del pintor barroco italiano Luca Giordano, CoroObras en la exposición:nación de espinas de José de Ribera o Retrato del Canónigo Miranda de Murillo.


Obras en la exposición:






1.- Magdalena Penitente, Andrea Vaccaro, hacia 1650-1660




2.- Natividad, Luca Giordano, 1695




3.- Coronación de espinas, José de Ribera, hacia 1650

4.- San Lucas, Guido Reni, 1620




5.- La última Cena, Tiziano Vecello y Taller, hacia 1550-1555



6.- La Verdad, Francesco Furini, hacia 1635-1645



7.- Artemisa, Gerard Seghers, hacia 1612-1615



8.- Felipe IV, Peter Paul Rubens, hacia 1628-1629



9.- Retrato del Gran Duque de Alba, Peter Paul Rubens, hacia 1603






10.- El Gran Duque de Alba, Tiziano Vecello, hacia 1570


11.- Carlos V y la Emperatriz Isabel, Peter Paul Rubens, hacia 1628


12.- Retrato de un niño, Cornelio de Vos, 1635


13.- Autorretrato, Antonio Rafael Mengs, hacia 1760


14.- Capricho arquitectónico con ruinas romanas y figuras, Francesco Guardi, s/f, 1712/1781


15.- Retrato de María Francisca de Sales, Portarretrato Duquesa de Alba, Franz XauerWinterhalter, hacia 1853


16.- Charles Lamb de niño montando a caballo en Hyde Park, John Ferneley, 1823


17.- Retrato de Eugenia de Montijo Condesa de Teba, Federico de Madrazo, 1849


18.- Las hijas de C. Swainson, William Fletcher, hacia 1840


19.- Retrato de María del Rosario Falcó y Osorio 12ª Condesa de Siruela, Federico de Madrazo, hacia 1873.


20.- Florero delante de la ventana, Marc Chagall, 1959


21.- Mujer con sombrero de cerezas, Pierre Auguste Renoir, 1880


22.- María del Rosario Cayetana Fitz.James 18ªDuquesa de Alba, Mariano Benlliure, hacia 1928




23.- Retrato ecuestre de Doña María del Rosario Cayetana Fitz-James, Ignacio Zuloaga, 1930




24.- Meditación, Julio Romero de Torres, hacia 1910-1914




25.- Retrato de Rosario de Silva Gurtubay Duquesa de Alba, Ignacio Zuloaga, 1921



26.- Maria del Rosario Silva, Mariano Benlliure, 1902 (escultura)





27.- Florero, Ignace Henri Latour, 1877





28.- Jacobo Fitz-James Stuart 17º duque de Alba, Mariano Benlliure, 1918 (escultura)




29.- Retrato de Jacob Fitz-James 17º duque de Alba, Joaquín Sorolla, 1908



30.- Pequeña vaquera junto al agua, Jean Baptiste Camille Corot, hacia 1870




31.- El puerto de Trouville, Eugene Boudin, 1890




32.- La Marquesa de Lazan, Francisco de Goya, 1804




33.- Retrato de Richard Palmer, Georse Romney, 1787





34.- La Duquesa de Alba de blanco, Francisco de Goya, 1795





35.- Felipe V imponiendo el Toisón de oro al duque de Berwick, Auguste Dominique Ingres, 1818




36.- La bailaora Josefa Vargas, Antonio María Esquivel, 1850





37.- Don Juan Antonio de Miranda y Ramírez de Vergara, Bartolomé Esteban Murillo, 1680




38.- Paisaje con bosque y valle, Jan Van Goyen, hacia 1630


39.- Paisaje, Jacob Ruysdael, hacia 1660




40.- Marina, Willem Van de Velde el Joven, 1654

lunes, 19 de octubre de 2009

El Prado recupera el siglo XIX

Un nuevo siglo en el Museo del Prado

El Prado recupera el siglo XIX

187 obras habitan en las nuevas doce salas del edificio Villanueva

Desde el último Goya hasta Sorolla, el recorrido de la colección se amplía con 12 nuevas salas y 176 obras. El Museo ha presentado hoy sus doce nuevas salas dedicadas a las colecciones del siglo XIX, un avance fundamental del plan de colecciones denominado La colección: La otra ampliación. La apertura de estas nuevas salas constituye uno de los hitos más importantes de este proyecto tanto porque suman a la colección permanente casi doscientas obras, incluidas algunas nunca expuestas hasta ahora, como porque, desde este momento -y por primera vez-, el itinerario de la visita al Prado recorrerá de forma completa e ininterrumpida el discurso histórico del arte español desde el Románico hasta los maestros modernos del siglo XIX

viernes 02 de octubre de 2009

El Museo del Prado presenta un nuevo y fundamental avance del plan de reordenación de colecciones con la incorporación a su colección permanente de ciento setenta y seis obras de las colecciones del siglo XIX -ciento cincuenta y dos pinturas, dos acuarelas, veintiuna esculturas y una maqueta- que cierran su discurso histórico permitiendo que el Prado se muestre ahora más completo que nunca.

Tras la recuperación que supuso la exposición inaugural de la ampliación del museo, El Siglo XIX en el Prado, visitada por más de un millón de personas, las obras de los grandes maestros españoles del siglo XIX se incorporan definitivamente al discurso histórico del Museo junto a los maestros del pasado. La generosa representación de obras del ochocientos completa particularmente la narración de la historia del arte español en el Prado, que se inicia con la pintura románica de San Baudelio de Berlanga del siglo XII y que ahora se prolonga a través de la obra de Sorolla hasta principios del siglo XX, en estricta contemporaneidad con las primeras vanguardias.

Esta colección de pintura moderna, presente en el Prado desde su inauguración en el año 1819, se ha ido incrementando mediante significativas incorporaciones, algunas de ellas muy recientes y que se exponen ahora por primera vez en el Museo como El coracero francés de José de Madrazo, adquirida este mismo verano, Penitentes en la Basílica inferior de Asís de José Jiménez Aranda, adquirida en 2001, o Gran paisaje (Aragón) de Francisco Domingo Marqués o La niña María Figueroa vestida de menina de Joaquín Sorolla, adquiridas ambas en el año 2000.

El recorrido de esta colección se articula en doce salas ordenadas cronológicamente y en función de las diferentes tendencias y géneros que se sucedieron a lo largo del siglo XIX y que concluye definitivamente con un nuevo concepto expositivo: la sala de presentación de colecciones, una sala de estudio o de carácter temático que permitirá –a través de una instalación temporal- mostrar periódicamente conjuntos de obras que hasta el momento no se han podido ver y que se inaugura ahora con una amplio conjunto de paisajes de Aureliano Beruete donados al Museo por la familia del artista.

El discurso arranca en la galería central de la planta baja, consagrada a los artistas del primer tercio de siglo que estuvieron estrictamente ligados al arte cortesano y a la apertura del Museo del Prado en 1819. La nueva galería, bajo el epígrafe Goya. Neoclasicismo y Clasicismo Académico, se abre con la gran escultura de Isabel de Braganza –número uno del catálogo de esculturas del Museo-, reina fundadora del Prado que preside este gran espacio, tal y como lo ha hecho históricamente a la entrada del Museo. Además, la sala recupera su misión original dotando de protagonismo a la escultura al incluir catorce piezas escultóricas más. Adquieren también especial relevancia en esta sala los retratos de la reina y su esposo Fernando VII, por su relación con los orígenes del Museo, que conviven con los últimos cuadros de Goya neoclásicos, como la Marquesa de Villafranca o la Marquesa de Santa Cruz, y los de sus contemporáneos, como Vicente López con su emblemático Retrato del pintor Francisco de Goya.

Retrato del pintor Francisco de Goya, Vicente López. Óleo sobre lienzo, 95.5 x 80.5 cm. 1826

El recorrido continúa con la sala dedicada al Romanticismo, que agrupa la obra de los principales ejemplos de esta corriente: Leonardo Alenza, Eugenio Lucas y Antonio María Esquivel. Tras ellos, Federico de Madrazo, dando paso a otra sala dedicada al gran maestro Eduardo Rosales, presidida por su famoso lienzo Doña Isabel la Católica dictando su testamento como protagonista.

Tras la primera sala de Pintura de Historia con la gran escultura de Agustín Querol, Sagunto, el recorrido da paso a Fortuny y Rico, antesala de Raimundo de Madrazo, para adquirir un tono más intimista con el Paisaje Realista protagonizado por Carlos de Haes. Tras exponentes del Naturalismo como Pinazo y Muñoz Degrain, se abre la segunda generación de pintores de historia con algunas de las pinturas más impresionantes de las colecciones modernas del Museo como el Fusilamiento de Torrijos, de Antonio Gisbert.

Joaquín Sorolla concluye este nuevo recorrido de visita a las colecciones del Prado con lienzos tan universales como Chicos en la playa y ¡Aún dicen que el pescado es caro! para abrir paso a la sala de presentación de colecciones, dedicada en esta ocasión a Aureliano Beruete.

Por su parte, la presencia de artistas europeos, aunque de momento más reducida, significa un contrapunto imprescindible al desarrollo de la prácticas artísticas de la centuria en España. Entre las obras más destacadas se encuentran las esculturas de Antonio Cánova Venus y Marte y Bartolomeo Thorwaldsen Hermes, además de pinturas características de David Roberts, Alma Tadema o Meissonier, entre otros.

El plan de reordenación de colecciones La Colección: La otra ampliación constituye uno de los proyectos prioritarios del Plan de Actuación 2009-2012 del Museo. Dicho proyecto contempla un incremento de alrededor de un 50% de obras expuestas a lo largo de sus cuatro años de desarrollo. La apertura de las nuevas salas dedicadas al siglo XIX presentadas hoy supone aproximadamente una ganancia de alrededor de un 20% respecto al número de obras expuestas hasta el momento.

Recorrido de las colecciones del siglo XIX:

Sala 75 (Galería Sur de la planta 0)
Goya, El Neoclasicismo y los orígines del Museo del Prado

La primera sala con la que el Museo da comienzo a su presentación de las colecciones del siglo XIX está dedicada a los artistas del primer tercio de siglo, muchos de ellos estrictamente ligados a la creación del Museo del Prado en 1819. Se trata del espacio en el que el Museo establece la transición entre las obras de Goya y las de sus
contemporáneos, como Vicente López, todos ellos al servicio del rey fundador del Museo, Fernando VII. En esta galería, consagrada ahora al Neoclasicismo y a los orígenes del Museo, adquieren especial relevancia los retratos de Fernando VII y su mujer Isabel de Braganza o la gran escultura de la reina, fundadora del Museo, que preside este gran espacio, tal y como lo ha hecho históricamente. Jalonan esta sala otras 13 esculturas de los grandes artistas neoclásicos que trabajaron para la Corona dando cuenta al visitante del contexto histórico del origen de la institución. Cabe destacar, además de los cuadros de Goya neoclásicos como La Marquesa de Santacruz, la maqueta en madera del edificio Villanueva, que ha sido restaurada, o el retrato del Coracero francés, de José de Madrazo, adquirido por el Museo este verano y que se expone por primera vez.

Artistas y obras expuestas en la sala 75

Francisco de Goya
Fernando VII en un campamento; Josefa Bayeu; La Marquesa de Santa Cruz; La Duquesa de Abrantes; María Tomasa de Palafox, Marquesa de Villafranca.
Vicente López
Alegoría de la Institución de la Orden de Carlos III (boceto); Félix Máximo López, primer organista de la Capilla Real; El pintor Francisco de Goya; José Gutiérrez de los Ríos; María Francisca de la Gándara y Cardona, Condesa Viuda de Calderón; La reina María Cristina de Borbón, Reina de España; Luis Veldrof, aposentador mayor y conserje del Real Palacio; María Josefa Amalia; María Isabel de Braganza; Duque del Infantado.
Rafael Tegeo
Pedro Benítez y su hija, María de la Cruz

José de Madrazo
Coracero francés; Amor divino y Amor profano; Jesús en casa de Anás; Muerte de Viriato, Jefe de los lusitanos; La Aurora
Juan Antonio Ribera
Cincinato abandona el arado para dictar leyes a Roma; Alegoría del verano
Bernardo López
La Reina Isabel de Braganza como fundadora del Museo del Prado
José Ribelles
El estanque grande del Retiro y su embarcadero
José Álvarez Cubero
Apolino; El compositor Gioacchino Rossini (busto); Diana cazadora; Fernando VII (busto); La Reina Isabel de Braganza; Joven con un cisne
Ramón Barba
Mercurio; El Rey Carlos IV
J. Tobías Vergel y taller
Amor y Psiquis
José Ginés
Venus y Cupido
Entorno de Antonio Cánova
Venus y Marte
Bartolomeo Thorwaldsen (taller)
Hermes
Antonio Solá
La Caridad romana
Adamo Tadolini
Hebe
Juan de Villanueva (atribuido)
Maqueta del Real Museo de Pinturas

Sala 63 B
Romanticismo

Tras la visita a la gran galería sur de la planta baja del Museo, el recorrido continúa con esta sala dedicada a la pintura isabelina que se inscribe dentro del Romanticismo surgido a mediados del siglo XIX. La sala, que comprende quince óleos, está presidida por la escultura Isabel II velada, excepcional muestra del virtuosismo escultórico de Camilo Torreggiani. La llegada del Romanticismo a España supuso el desarrollo de los géneros artísticos que mejor encarnaban los ideales del gusto burgués de la época. Uno de los temas más atractivos para la mentalidad romántica fue el paisaje, del que sería maestro máximo Genaro Pérez Villaamil (1807-1854), representado aquí por Manada de toros junto a un río, al pie de un castillo una panorámica en la que el autor nos ofrece un visión sentimental de la naturaleza, de las ruinas monumentales y de las poblaciones pintorescas transformadas por la imaginación.

La sensibilidad romántica se interesó también por el pintoresquismo de las costumbres populares. Leonardo Alenza (1807-1845) y luego Eugenio Lucas (1817-1870) retomaron en Madrid una reflexión mordaz sobre la vida popular, siguiendo la estela de Goya. Pero el foco más fecundo del costumbrismo pintoresco se desarrolló en Sevilla. Allí, Antonio María Esquivel (1806-1857) personificó la admiración por Murillo y sus retratos aportaron nuevos modelos procedentes de la tradición inglesa. Por su parte,Valeriano Domínguez Bécquer (1833-1870), hermano del famoso poeta Gustavo Adolfo, culminó ese interés romántico por lo popular, acercándolo a la contemplación objetiva de la realidad propia de la siguiente generación pictórica.

Artistas y obras expuestas en la sala 63B
Antonio María Esquivel
Manuel Flores Calderón; Nacimiento de Venus; Rafaela Flores Calderón Los poetas contemporáneos. Una lectura de Zorrilla en el estudio del pintor
Valeriano Domínguez Bécquer
El baile. Costumbres populares de la provincia de Soria
Eugenio Lucas
Condenado por la Inquisición; La suerte de varas
Leonardo Alenza
El triunfo de Baco
David Roberts
Castillo de Alcalá de Guadaira; La torre del oro
Genaro Pérez Villaamil
Manada de toros junto a un río, al pie de un castillo
Rafael Tegeo
Niña sentada en un paisaje
Víctor Manzano
Un chiquillo sentado
Camillo Torreggiani
Isabel II velada

Sala 62 B
Federico de Madrazo

Federico de Madrazo (1815-1894) fue el artista español más influyente de todo el panorama cultural de su época, gracias a su formación cosmopolita, sus extraordinarias facultades como retratista y su posición privilegiada en la Corte como primer pintor de cámara. Aunque estuvo profundamente influido por su experiencia en Italia, su personalidad artística se fraguó también con la admiración por la pintura francesa de su época y, sobre todo, con su profundo conocimiento de los grandes maestros del Museo del Prado, del que fue director como su padre José. A pesar de realizar también cuadros religiosos e históricos, destacó en el género del retrato con obras de exquisita factura y sentido de la elegancia como las nueve que se exponen en esta tercera sala.

Acompañan las nueve pinturas de Madrazo, la sensual escultura de Sabino de Medina La ninfa Eurídice mordida por la víbora y una pintura – Escena pompeyana (La Siesta)- del pintor holandés Lawrence Alma-Tadema, máximo exponente de la internacionalización del lenguaje purista, a quien la influencia de la antigüedad clásica grecolatina inspiró este apacible y singular lienzo.

Artistas y obras expuestas en la sala 62B
Federico de Madrazo
Concepción Remisa; Segismundo Moret y Quintana; Isabel Álvarez Montes, Marquesa de Valderas y II Duquesa de Castro Enríquez; Amalia de Llano y Dotres, Condesa de Vilches; Federico Flórez; El GHran Capitán recorriendo el campo de batalla de Ceriñola; El pintor Carlos Luis de Ribera; Ventura de la Vega; Carolina Coronado

Lawrence Alma Tadema
Escena pompeyana o La siesta
Sabino de Medina
La ninfa Eurídice mordida por la víbora

Sala 61 B
Rosales

Esta sala temática está dedicada a la figura de Eduardo Rosales (1836-1873), con siete obras del pintor y la conocida Rendición de Bailén de Casado del Alisal, autor que como Rosales tuvo a Velázquez como punto de referencia en su pintura en el decisivo salto hacia el nuevo realismo de raigambre española. Acompaña a estas pinturas una escultura de Agapito Vallmitjana, Cristo yacente, para la que, según la documentación de la obra, habría sido el propio Rosales quien actuó como modelo.

Artistas y obras expuestas en la sala 61B
Eduardo Rosales
Presentación de Don Juan de Austria el Emperador Carlos V, en Yuste; Muerte de Lucrecia; Concepción Serrano, luego Marquesa de Santovenia; Doña Isabel la Católica dictando su testamento; Tobías y el ángel; El violinista Pinelli; Mujer al salir del baño
José Casado del Alisal
La rendición de Bailén
Agapito Vallmitjana
Cristo yacente

SALA 61
Pintura de Historia (I)

Nos encontramos ahora con la primera gran sala dedicada a la pintura de historia. Aquí se exponen seis monumentales obras creadas para la exaltación de los valores nacionales entonces emergentes, temática que se convirtió en la preferida de la escena artística oficial durante la segunda mitad de siglo XIX. Las primeras promociones de pintores de historia se caracterizaron por su apego al purismo académico y, sobre todo, a una iconografía que abordaba momentos especialmente trascendentales de los personajes más destacados del pasado nacional. Más tarde, influido por la obra de Rosales, este género adoptó un lenguaje plástico plenamente realista en el que se exaltaban los grandes asuntos de herencia romántica como el amor, el honor y la muerte, una tendencia que culminaría en una de las grandes obras maestras del género, Doña Juana la Loca de Francisco Pradilla (1848-1921), expuesta en esta sala.

Los seis grandes óleos están acompañados por la dramática escultura Sagunto de Agustín Querol, no vista por el público desde 1997, que preside el centro de la sala.

Artistas y obras expuestas en la sala 61
Lorenzo Vallés

Demencia de Doña Juana de castilla

Francisco Pradilla
Doña Juana la Loca
Manuel Domínguez
Séneca después de abrirse las venas se mete en un baño, y sus amigos, poseídos de dolor, juran odio a Nerón, que decretó la muerte a su maestro
Alejandro Ferrant
El entierro de San Sebastián
Dióscoro Puebla
Las hijas del Cid, del Romance XLIV del “Tesoro de Romanceros”
Agustín Querol
Sagunto

SALA 62
Forturny y Rico

Son quince obras las que se exponen en esta sala dedicada a Mariano Fortuny (1838- 1874) y su círculo. El deslumbrante éxito de Fortuny en la Europa de su tiempo lo convirtió en uno de los protagonistas más relevantes del panorama artístico internacional. Su pintura, brillante y preciosista, alcanzó su mayor reputación con escenas de género y con otras inspiradas en el norte de África y Oriente. Ejemplo de esta influencia oriental es el cuadro Los hijos del pintor en el salón japonés, obra de una solidez plástica indiscutible.
Por su parte, el paisajista Martín Rico (1833-1908) se benefició del éxito de su íntimo amigo Fortuny en el mercado parisino al retomar sus planteamientos preciosistas para aplicarlos a paisajes y ambientes urbanos como en la espectacular Vista de París desde el Trocadero.

Artistas y obras expuestas en la sala 62
Mariano Fortuny y Raimundo de Madrazo
Jardín de la casa de Fortuny
Martín Rico
Vista de París desde el Trocadero; La Torre de damas, en la Alhambra de Granada; La Riva degli Schiavoni en Venecia; Desembocadura del Bidasoa
Mariano Fortuny
Idilio; La batalla de Wad.Ras; Un marroquí; Desnudo en la playa de Portici; Marroquíes; Fantasía sobre fausto; Viejo desnudo al sol; Los hijos del pintor en el salón japonés; Malvas reales
Jerónimo Suñol
Dante pensativo

SALA 63
Raimundo de Madrazo

Siguiendo la brillante estela de Fortuny, otros pintores aprovecharon para introducirse en el mercado artístico más cosmopolita. El caso más destacado es Raimundo de Madrazo (1841-1920), cuñado y gran amigo de Fortuny. De él se exponen en esta sala siete obras junto a cinco de otros cuatro autores, entre ellos Vicente Palmoroli (1834- 1896) o el sevillano José Jiménez Aranda (1837-1903), cuyo virtuosismo brillante y decorativo se refleja en el cuadro Penitentes en la basílica inferior de Asís, obra expuesta por primera vez.

Artistas y obras expuestas en la sala 63
José Jiménez Aranda

Penitentes en la Basílica inferior de Asís
Raimundo de Madrazo
La modelo Aline Masson; Ramón de Errazu; Alise Masson, con mantilla blanca; La Reina Doña María Cristina de Habsburgo-Lorena; Josefa Manzanedo e Intentas, II Marquesa de Manzanedo; Una gitana; La actriz María Guerrero como ’Doña Inés’
Jean-Louis Meissonier
Josefa de Manzanedo
Vicente Palmaroli
Concepción Miramón; En el estudio
Albert Carrier-Belleuse
Alegoría de la danza

SALA 63 A
Paisaje Realista

La sala dedicada al paisaje realista incluye veinte obras, dieciséis de Carlos de Haes, el paisajista con mayor trascendencia en el panorama español de su tiempo, y cuatro de sus contemporáneos, los catalanes Luis Rigalt (1814-1894) y Ramón Martí Alsina (1826-1894), el valenciano Antonio Muñoz Degrain y el madrileño Martín Rico (1833- 1908), quien antes de alcanzar lo más fecundo de su carrera acercándose al preciosismo de Fortuny desarrolló una primera faceta influida por el paisaje francés. Estos cinco pintores vivieron durante la segunda mitad del siglo XIX un proceso de renovación artística que transformó por completo la sensibilidad romántica a través del paisaje y de su acercamiento al mismo a partir de estudios tomados directamente del natural.

Artistas y obras expuestas en la sala 63 A
Luis Rigalt
Paisaje de Montserrat
Antonio Muñoz Degraín
Paisaje del Pardo al disiparse la niebla

Carlos de Haes
Desfiladero. Jaraba de Aragón; Nieblas. Picos de Europa; La Torre de Douarnenez; Puerto de Rouen; La Canal de Mancorbo en los Picos de Europa; Tejares de la Montaña del Príncipe Pío; Rompientes; Marina de Villerville, Recuerdos de Andalucía. Torremolinos; Montañas (Mallorca); Dunas de Villerville; Lagunas (Piedra); Playa de Villerville; Un lazareto (Mallorca); Costa de Villerville, Un barco naufragado
Martín Rico y Ortega
Lavanderas de la Varenne, Francia
Ramón Martí Alsina
Paisaje de Cataluña

SALA 62 A
Naturalismo

Diez obras conforman esta sala dedicada a los autores del último cuarto del siglo XIX, aquellos con vocación naturalista que se aproximaron a los planteamientos realistas del final de la centuria, herederos de los maestros Eduardo Rosales y Mariano Fortuny. En esta época empiezan a tener protagonismo los centros artísticos regionales entre los que la escuela valenciana, por ejemplo, fue determinante. En ese contexto destacaron Muñoz Degrain, Francisco Domingo Marqués (1842-1929), Emilio Sala (1850-1910) e Ignacio Pinazo (1849-1916), quienes abordaron diversos géneros, como el retrato y el paisaje, consiguiendo cotas de gran modernidad. Un singular exponente es Gran paisaje (Aragón) del también valenciano Francisco Domingo Marqués, que se expone al público por primera vez después de su adquisición en el año 2000.

Artistas y obras expuestas en la sala 62 A
Ignacio Pinazo

Últimos momento del Rey Don Jaime; Autorretrato; Ignacio, hijo del artista, sentado; La lección de memoria; Niña con muñeca
Antonio Muñoz Degraín
Antes de la boda; Recuerdos de Granada
Francisco Domingo
Autorretrato; Gran paisaje (Aragón)
Emilio Sala
María Guerrero, niña

SALA 61 A
Pintura de Historia (II)

La segunda sala dedicada a la pintura de historia nos vuelve a confrontar con monumentales lienzos, en este caso cinco decisivos cuadros de los pintores jóvenes del último tercio del siglo XIX que utilizaban las composiciones históricas para triunfar, conscientes de la importancia de este género en las Exposiciones Nacionales. Estos artistas españoles, que alcanzaron la fama gracias al género de la pintura de historia, representaron hechos históricos significativos además de relatos literarios muy populares y de especial intensidad dramática, como ocurre en Los amantes de Teruel de Antonio Muñoz Degrain. Prestaron también especial atención a los héroes convertidos en víctimas, tanto del pasado lejano como del mundo contemporáneo, de lo que es ejemplo máximo el Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga, obra cumbre del final del género histórico, encargada directamente por el Gobierno a Antonio Gisbert (1835-1902) para ser expuesta en el Museo del Prado, del que el artista fue director entre 1868 y 1873.

Artistas y obras expuestas en la sala 61 A
José Moreno Carbonero

El Príncipe Don Carlos de Viana; Conversión del Duque de Gandía
Antonio Muñoz Degraín
Los amantes de Teruel
Emilio Sala
Expulsión de los judíos de España (Año de 1492)
Antonio Gisbert
Fusilamientos de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga

SALA 60A
Joaquín Sorolla

La penúltima sala, la undécima de este recorrido por las colecciones del XIX, está consagrada al gran maestro Joaquín Sorolla (1863-1923), uno de los dos grandes protagonistas, junto a Aureliano Beruete (1845-1912), de la pintura española del cambio de siglo en las colecciones del Prado. Aquí se exhiben diez destacados ejemplos de la producción de Sorolla, seleccionados entre los diecinueve lienzos del maestro que atesora el Prado. Junto a ellos, se expone en la sala la delicada escultura del también valenciano Mariano Benlliure Canto de amor.

Entre las obras más emblemáticas aquí expuestas destaca ¡Aún dicen que el pescado es caro!, que supuso la primera consagración pública de Sorolla y es la obra cumbre del realismo social en España, fruto de la vinculación del artista con la conciencia social en torno a la vida de los marineros de su Valencia natal. Más tarde, alcanzaría su máxima plenitud al elaborar una interpretación extraordinariamente personal y gozosa del mar Mediterráneo de la que su cuadro Chicos en la playa constituye ejemplo destacado, siendo además una de las obras más conocidas de las colecciones modernas del Museo. Como novedad, la sala incluye La niña María Figueroa vestida de menina, obra inacabada que interpreta la pintura velazqueña y que se expone en las salas del Prado por primera vez desde su adquisición en el año 2000.

SALA 60
Presentación de colecciones
Aureliano de Beruete

Esta última sala, de presentación de colecciones, está concebida como instrumento para exponer de forma periódica conjuntos singulares de obras de las colecciones del siglo XIX seleccionados entre los fondos que no se han integrado en este recorrido. Los evocadores paisajes de Beruete inauguran esta propuesta de sala “temporal” que pone broche al discurso expositivo de las nuevas salas de la pintura decimonónica del Museo del Prado. Aureliano de Beruete y Moret (1845-1912) es, junto a Joaquín Sorolla, el artista más destacado con el que culminan las colecciones de pintura española del Museo. En la sala se exponen los mejores paisajes que conserva el Prado de este artista, evocando en su montaje y concepción la exposición-homenaje organizada, tras su fallecimiento, por su gran amigo Joaquín Sorolla en su propia casa. Como en aquella ocasión, el retrato de Beruete, pintado precisamente por Sorolla, preside esta sala rodeado por las veinte obras del madrileño que se muestran en este final de recorrido.

Artistas y obras expuestas en la sala 60
Aureliano de Berute
Paisaje de otoño. Madrid; Paisaje del Prado; Paisaje de Castilla; Paisaje; El Guadarrama des el Plantío de los Infantes; Barrio de Bellas Vistas; Espinos en flor. Plantío de los Infantes; Vista de Cuenca; El Tajo, Toledo; Paisaje de invierno (Madrid), El Manzanares; El Manzanares; Las huertas de Cuenca; La Tapia (El Pardo), La venta del Macho (Toledo), Iglesia de San Francisco desde las orillas del Manzanares, Madrid; La casa del sordo, Madrid; Paisaje de Castilla; Paisaje; Vista de Madrid desde la Pradera de San Isidro (Madrid)
Joaquín Sorolla
El pintor Aureliano de Beruete